Más costosos, contando con el billón de déficit que tendrá en 2009, serán sus tres grandes empeños: la reforma fiscal, la implantación de un sistema público de salud parecido al europeo y la reforma de la educación, eso si se acierta a superar la crisis económica.

Quizá los riesgos mayores vengan de las derivaciones de la crisis económica que tanto se parece más a la de los años 30. El primer reto acaso lo tenga ya planteado con la reciente amenaza de Medvedev de instalar misiles en Kaliningrado. La crisis está afectando duramente a Rusia y puede ver el asunto como una manera de desviar la atención.
El otro peligro puede venir de China. China necesita crear 24 millones de nuevos empleos cada año, algo que va a resultar difícil creciendo a tasas por debajo del 8 %. A China se le acumulan los problemas: bajas sus exportaciones, la bolsa cae en picado, un 60% en lo que va del año, su burbuja inmobiliaria también ha explotado, añadiendo paro en la construcción, propietarios empobrecidos y bancos con inmensas cuentas incobrables.
"Anótenlo: tendremos una crisis internacional en los primeros seis meses de la presidencia de Barack Obama. Los enemigos de Estados Unidos la van a provocar para probar el temple de este tipo". Joe Biden, vicepresidente electo.Además tendrá que contar con el cabreo de los ciudadanos americanos que ven cómo han de pagar con sus impuestos el multimillonario rescate de instituciones que se enriquecieron durante las vacas gordas y ahora piden ayuda:
Los senadores y diputados representan a una población que está furiosa, atemorizada y muy golpeada. El sentimiento nacional en Estados Unidos es de linchamiento hacia "los ladrones de Wall Street" y de rechazo "a los inmigrantes que nos quitan el trabajo, las multinacionales que exportan nuestros empleos a la India, los ricos que pagan pocos impuestos". También de repudio a largas guerras.**
Y Solbes a esta hora de la noche sigue sin dimitir.
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