domingo, 27 de enero de 2008

Una chica cristiana y rica se confiesa ante la proximidad de la muerte

Fueron franquistas con Franco y no renunciaron a sus privilegios. Fueron marxistas (cristiano comunistas) cuando serlo no suponía gran peligro y siguieron disfrutando de sus privilegios (económicos, sociales, editoriales, periodísticos, cerrando el paso a otros más capaces que ellos). La democracia les pilló a contrapié. ¿Cómo ser rico y eludir la mala conciencia? La culpa les destroza el estómago, pero sin renunciar a sus privilegios. Pobrecillos. Estar en el cotarro en cada ocasión les ha permitido llevar una vida sosegada, a salvo de intemperancias. Nunca tuvieron que preocuparse por solucionar los temas del día. De la cuna a la tumba han evitado el cansancio, el desgaste emocional, la falta de tiempo libre para ser cultos y aseados. Ahora, la proximidad de la muerte pone ante esta mujer la contradicción que ha sido su vida. “No se trata de que los ricos repartan generosamente sus bienes, sino de establecer, por medios más o menos violentos, un sistema más justo. Y en esta lucha, cuyo protagonista principal es sin duda el proletariado, participan asimismo miembros de las clases sociales elevadas”, dice, no sé si imbuida de ingenuidad o de cinismo. Más o menos violentos dice, estos que fueron falangistas; el proletariado, dice, desde su mente fósil predemocrática. Su mala conciencia de cristiana le hace decir: “Determinados lujos, en un mundo donde tanta gente muere de hambre, harán que se sientan más o menos incómodos (los ricos), pero es un problema íntimo y personal, que nos atañe a muchos, que genera una mala conciencia que cada cual resuelve como puede, y que nos quita algunas noches -no tantas como estaría justificado- el sueño”. Pobrecita. Busca nuestra compasión y por eso escribe este feo, antiguo, rancio artículo. Mala conciencia de niña rica que siente que va a morir sin redención, pero sin renunciar a sus privilegios hasta el último día.

Y acaba, “cuando se trata de un hombre rico, esta lucha va contra sus propios intereses. A esos tipos tan criticados por sus casas y sus coches y sus yates les sería más favorable militar y votar en un partido de la derecha. Pero no lo hacen, y ahí radica su coherencia. Y por eso creo que se les debe un respeto”.

Asco de gente.

No hay comentarios: