domingo, 9 de octubre de 2011

Cabreados


Somos muchos los cabreados y de ninguna utilidad nuestro cabreo.

"Un día cualquiera.
Sólo en un periódico, tan solo uno y por lo tanto parcial con los suyos, aparecen hoy, 5 de octubre, las siguientes informaciones.
    Un empresario (Dorribo) acusa a un ministro (Blanco) y a otros dos políticos de cobrar elevados sobornos. La cita fue en una gasolinera. Han dimitido dos de los tres.
     El Presidente del Banco de España (Fernández Ordóñez) autorizó a los directivos de cajas reflotadas con nuestro dinero que se llevaran cientos de millones a sus casas. Vienen retratados en la prensa.
     La Institución Ferial de Extremadura (Quintana) investigada por blanqueo de capitales, desaparición de efectivos y facturas falsas.
     El consejero de empleo de la Junta de Andalucía (Viera) investigado por la trama de los ERE fraudulentos, desvío de fondos de reptiles y subvenciones a empresas con familiares del consejero en nómina.
     Las instituciones penitenciarias discuten si es legal ponerle una pulsera telemática al jefe de la trama Gürtel (Correa).
     Un informe del Parlamento vasco descubre que hay un despilfarro de 400 millones en las diputaciones por duplicación de funciones, innecesarias incluso para los vascos.
     La televisión nacionalista catalana gastó dos mil millones entre 2007 y 2009, que es el equivalente de lo ahora recortado en sanidad y educación. Viene a salir a quirófano por presentador.
     Podría seguir poniendo ejemplos, claro, estos son los de un sólo día y un periódico que trabaja para uno de los varios negociados políticos. Seguro que en los diarios de las otras bandas se expone algo similar, pero protagonizado por los competidores. Ayer decía algún informativo, citando fuentes de la policía, que en España hay instaladas casi quinientas organizaciones mafiosas. De algo vivirán.
     Es asombrosa la confluencia del consorcio político, el financiero, el mediático y el mafioso. No hace tantos años cada uno trabajaba por su cuenta, aunque procuraba no molestar a sus semejantes para no ser molestado. Ahora todos trabajan mezclados y apretados como en un funeral islamista, en desorden y con la más grosera chapucería, ya que el dinero circulante se ha reducido considerablemente y los nervios andan muy alterados. Las cabecitas que afloran en la charca pública se multiplican como ranas en celo. Emergen sólo las más necesitadas de ayuda. Hay miles boqueando por debajo, aguantando la respiración con ojos desorbitados.
 La confluencia tosca, caótica de los cuatro poderes, cada cual más aterrorizado por la ruina inminente, es sin duda el elemento más interesante de la democracia mediática española sometida a restricción de crédito. Como en un laboratorio, podemos observar ahora el comportamiento del predador en condiciones de penuria.
 Veremos lo que queda de la democracia, no tras las elecciones, sino cuando los perdedores lancen su ataque final, desesperado, tratando de conservar un puñado de euros".

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