Economía del espectáculo

 

El problema principal de esta hora es económico, decir moral sería tirar de palabras gruesas. El desierto intelectual de la izquierda está a la vista, incapaces de concebir modos de crear riqueza para el país, obsesionados por la distribución terminarán distribuyendo la nada. Pero en la derecha sucede lo mismo. Que la oposición deje en manos del director de la Razón, de Okdiario y de gente como un tal Julián Cabrera de Ondacero los asuntos indica el grave momento. La derecha piensa hacer dinero poniendo al mando a los inanes.

El único telediario que veo es Al Rojo Vivo; bueno debería decir, opinario. En realidad no vehicula información u opinión alguna, tan solo representan un teatrillo diario que reproduce los esquemas del día de la marmota. Hoy, hoy miércoles de un julio mediado, en el día que se ha sabido de la defenestración de Arcadi Espada en Ondacero y del abandono de la política de Garicano, de Cs, para volver a profesor, uno de los pocos que combinaban honestidad y rigor, han puesto en marcha una serie villarejo para varios días. El tema a representar es la exculpación del director y presentador Ferreras después de que AE le sacara los colores: Villarejo en sus audios aparece como propalador de falsedades. Las caras de los convidados al teatrillo de La Sexta han sido memorables en el empeño por mostrar impasibilidad, para eso cobran, ante una comedia que explotó la tele de Berlusconi en la transición: mujeres que subían a un escenario de barro y luchaban hasta sumergirse en la ponzoña. En la tele de Berlusconi hay un maestro absoluto del día de la marmota, Jorge Javier (Qué forma tan puerca de hacer dinero). En el escenario del teatrillo de alrojovivo los papeles secundarios se los dan a lo peor de la derecha y de la izquierda: políticos periodistas y opinadores que cobran por opinar siempre lo mismo, hoy por mostrarse impasibles. Si uno ve ese teatro cada día -tiene una versión extendida en la noche de los sábados- terminará pensando que solo existe esa derecha y esa izquierda. Supongo que no es así. Aunque cabe dudar de que haya perspectivas mejores cuando los grupos de comunicación más importantes están en manos de la gente del espectáculo: el Berlusconi de las mamachicho, el Planeta del Premio Planeta, el Godó del procés y el Roures del negocio del fútbol.

Si hiciésemos pasar por un imán una unidad de la economía del espectáculo del grupo Planeta, la unidad se bifurcaría en un espejo con dos caras, Ferreras (La Sexta) al mirarse en él vería la cara de Marhuenda (La Razón) y Ana Pastor (Newtral) la de Inda (Okdiario), eso sí, invertidas. Mundos paralelos y sin embargo tan unidos por el negocio.