martes, 19 de julio de 2022

Belfast y After Love

 


Tanto Belfast como After Love parecen películas insuficientes, tan arrebatados estamos por la época, definida por la prisa y el conflicto. Ambas acuden a la nebulosa de la memoria para reconstruir vidas pasadas o trozos de vidas pasaas. En la primera, el director y guionista Kenneth Branagh acude a los recuerdos de niño para reconstruir la infancia en una ciudad alborotada por el enfrentamiento entre católicos y protestantes, a finales de los 60. En la segunda una mujer mayor, que acaba de perder a su marido musulmán, quiere salvar el recuerdo de la vida en común, la que han vivido junto a los acantilados de Dover, cuando descubre que al otro lado del canal, en Calais, ese marido tenía otra vida junto a una mujer francesa y católica y con un hijo.




A su manera ambas son poéticas, ponen por encima de la cruda realidad el ilusionismo con que la adornamos. Kenneth Branagh, con las canciones de Van Morrison, el blanco y negro y el montaje clásico cinematográfico, crea una aureola que envuelve con un manto de irrealidad, como en las viejas películas de entonces, la la memoria evanescente: la madre y el padre angustiados por unas deudas que no pueden saldar con el trabajo de él, y por el futuro de sus hijos, envueltos en las luchas políticas y religiosas del Ulster que imposibilitan una vida normal. Branagh nos recuerda las películas británicas de los 60, en el modo de vestir, en las discusiones de la pareja, en la belleza de los rostros: Caitriona Balfe es el tipo de belleza que yo admiraba en mi infancia. En la segunda, en After Love es la bonhomía en la interpretación de los actores, más cercana a nuestro modo ideal de entender la vida, la que sustenta el juego, un ideal de bondad difícil de compaginar con la vida real.


En el disparatado tráfico de información y de historias en el que nuestra época nos mece y lleva, películas como estas, tan fáciles de disfrutar, están condenadas a los 15 minutos de fama de que hablaba Andy Warhol. Han sido estrenadas hace poco pero ya han sido olvidadas.


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