jueves, 27 de enero de 2022

La política del miedo

 


¿Está utilizando Putin las restrictivas políticas energéticas occidentales para contener el cambio climático como chantaje para su política neoimperial?


Infundir miedo formaba parte de la estrategia de ETA, no podía matar a la mitad de la población vasca, solo a unos pocos y aterrorizar al resto. Putin puede que crea que con poner 150.000 soldados en la frontera de Ucrania le baste. Cruzarla es demasiado arriesgado, seguro que es consciente. Nadie sabe cómo acaba una guerra. Aún así va por delante de aquellos a quienes ha metido el miedo en el cuerpo: estos tienen miedo de que la cruce.


Putin tiene otra bala. A esta hora del mediodía, en que doy vueltas a este asunto, estoy en un rincón del Cerro de San Miguel mirando al sur; el sol me caldea, la sensación es agradable. Por la tarde el gas caldeará la casa. Los políticos europeos idealizan las energías renovables, tecnologías que tardarán décadas en sustituir los viejos sistemas de convertir el sol en energía utilizable. Aún no hemos alcanzado la inteligencia (tecnología) de las plantas. No hay modo todavía de almacenarla para que el sol intenso de esta hora me sirva mañana y la fricción del viento en las aspas de hace unos días -hoy están paradas- me caliente esta tarde. Mientras tanto necesitamos enormes cantidades del gas que la fotosíntesis ha acumulado en el subsuelo.


Los ciudadanos europeos no quieren guerra porque tienen miedo de quedarse al pairo. Putin lo sabe y tiene la llave del gas. Los políticos tienen dos armas para empoderarse, la ilusión de un mundo siempre mejor (verde y sostenible) y el miedo a perder lo que tenemos. Nuestra defensa, diluir su fuerza desvelando sus cartas.



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