domingo, 30 de enero de 2022

Dañar la estupidez. El poshlot

 


Todo el mundo tiene derecho a una vida verdadera. Las instituciones, desde la pedagógica a la judicial, y el periodismo, deben garantizarlo: la vía a una vida adulta. Allá cada cual si luego se empeña en vivir envuelto en una nube de mentira.


Peter Sloterdijk, en una entrevista en EP hoy. Cuando le preguntan cuál es la misión del filósofo, responde: 'Cuando me preguntan eso, intento esconderme tras las espaldas de Nietzsche, que dijo que nuestra misión es dañar la estupidez.


Esto de Arcadi Espada en EM, hoy:


(El perdón) Ignoro qué habrían hecho los periódicos españoles si esta semana, en su visita a Puerto Rico, el Rey de España hubiera pedido perdón por las atrocidades de La Conquista. Pongo la secuencia en cursiva para señalar su carácter de poshlot, una palabra rusa que he aprendido de Nabokov. En su entrevista en Paris Review, de 1967, dice de ella el escritor: «Basura sensiblera, clichés vulgares, filisteísmo en todas sus fases, imitaciones de imitaciones, falsa profundidad, pseudoliteratura cruda, estúpida y deshonesta». O sea la lengua del Gobierno. Pero sigue Nabokov, imperial: «Si queremos identificar el poshlot en la narrativa contemporánea, debemos buscarlo en el simbolismo freudiano, la mitología apolillada, el comentario social, los mensajes humanísticos, las alegorías políticas, la preocupación excesiva por cuestiones raciales o de clase social y las generalizaciones periodísticas que todos conocemos. El poshlot se manifiesta en ideas como Estados Unidos no es mejor que Rusia o Todos compartimos la culpa de Alemania». En relación a este último ejemplo había ayer en el periódico un poshlot atroz que la señora Edith Bruck, superviviente del Holocausto, atribuye a Primo Levi: Era mejor en Auschwitz, parece que le dijo por teléfono, aunque ciertamente fue cuatro días antes de que muriera. Y Nabokov remata: «Las flores del poshlot eclosionan en frases y términos como el momento de la verdad, carisma, existencial (usado en serio), diálogo (aplicado a contactos políticos entre naciones) y vocabulario (aplicado a un pintor falto de talento)».

 

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