lunes, 31 de enero de 2022

El año del Búfalo, de Javier Pérez Andújar

 



El año del Búfalo es un artefacto singular. Los capítulos están organizados en torno a unas llamadas psicofonías, que se supone son unos escritos que dejó un finlandés llamado Folke Ingo, enamorado de España, del que se afirma que su virtud literaria es la anfibología, y que se presentan como traducciones. Se refieren a la época de la descolonización, en su mayor parte africana: aluden a organizaciones revolucionarias, golpes de estado, asesinatos, con la particularidad de que todos sucedieron en alguno de los llamados años del Búfalo (1961, 1973 y 1985), que según el horóscopo chino se suceden de doce en doce años. Se reconoce que la fuente principal de esas informaciones es la Wikipedia. Tras las psicofonías aparecen una serie de apartados en los que se nos cuenta de la vida confinada de cuatro personajes en un garaje de Suburbia (San Adrià del Besòs, patria de Pérez Andújar): Tatos Kelkit, Hugo Rende, Basilitz Zhlobin, que no son sus verdaderos nombres y un cuarto, anónimo, que va narrando la reclusión. Junto a los cuatro habita en el garaje una criatura misteriosa, muda durante buena parte de la narración pero que al final se decide a hablar. Pero ahí no acaba la complejidad de la estructura narrativa, junto al cuerpo principal aparecen una serie de largas notas a pie de página elaboradas por otros personajes que se van incorporando a lo largo del libro: la propia traductora, la madre del escritor finlandés, el Ministerio de Humanidades, Ilu Benavides, ex directora del cineclub el Padrino Búfalo de Santa Coloma de Gramanet, Fuenlabrada, presidente del Club de Amigos de Gregorio Morán, familiares de los cuatro confinados y otros muchos. A veces, los abajo firmantes reclaman participar en la elaboración del cuerpo principal del libro, saltando del pie de página al texto principal, de lo paródico a lo serio junto a las psicofonías, pues creen que no se les puede dejar de lado en la concepción del libro.


El libro, sería difícil hablar de novela, es una especie de juguete literario, un experimento donde no hay un autor principal ni un tema que enlace los sucesivos relatos: la vida del escritor finlandés, la asociación de fans del periodista Gregorio Morán, el confinamiento de los cuatro personajes y la criatura fantástica en un garaje, los sucesos históricos en los años del búfalo. Por supuesto hay una serie de enlaces entre unos relatos y otros: Folke Ingo y Gregorio Morán se conocieron en la clandestinidad comunista; Fuenlabrada es el presidente de la asociación de amigos de Gregorio Morán; los demás son familiares entre sí. El verdadero hilo conductor es la broma, una mirada irónica sobre cada una de las cosas que se cuentan. Uno de los problemas del libro es que el humor se basa en referencias culturales del siglo XX, así que dudo que un lector joven pueda disfrutar de él, porque la mayor parte de los nombres que se citan y los sucesos los desconocerá. Para quien se haya formado en las últimas décadas del siglo XX el libro puede resultar divertido y a ratos ingenioso y hasta tronchante, si acepta el guiño cómplice.


Ejemplos de estilo y proceder:


Tatos, uno de los cuatro protas del libro, por así decir: "apoyaba con frases hechas todo lo que decía para conferir aplomo a sus opiniones. Pero aun así cada vez se desdecía más a menudo. Hasta que empezó a desdecir más que a decir, y al poco se quedó con saldo negativo y dejo de hablar".


"La espera es lo que te dan cuando pides esperanza", dice a propósito de los inmigrantes y refugiados que se recluyen en campos antes de darles asilo.


Las preguntas son de corcho y de uno y otro modo siempre salen a flote”.


A propósito de la felicidad que prometen los revolucionarios franceses y que se acaba con la Segunda Guerra mundial: "La felicidad en Europa era una ilusión perdida. Luego me habló (el tío Rosales, que era ingeniero, vivía solo y leía mucho) de Balzac y de su novela Las ilusiones perdidas, y de cómo las palabras se van cargando de literatura hasta que revientan como sapos y ya no sirven para nada"



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