Los
primeros temas son
una gozada, la música eslava tiene sonoridades que por estos pagos
no se acostumbra, enseguida los pies y las manos se ponen en
movimiento, aunque la gente de aquí se
mueve poco o nada,
mira, escucha y luego aplaude, pero mientras los músicos tocan está
quieta y muda. Estos Vołosi me
recuerdan a aquella banda rumana que hizo furor hace unos años, la
Fanfare Ciocărlia, especializada en bodas y banquetes, o eso decían,
por su velocidad, por su timbre, aunque estos VOŁOSI, polacos, de
Silesia, dos
violines, un chelo, una viola y un contrabajo, tocan mejor, pero el
repertorio es exiguo, los temas pronto se parecen unos a otros, las
melodías no varían mucho, tampoco la armonía y al final todo
parece reducirse a ritmo y contrastes tímbricos. A melodías
tradicionales unen algunas improvisaciones donde el chelo y el primer
violín se hacen valer. Eso, música a toda velocidad.
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