Qué
hacen esos hombres preciosos, esos hombres ridículos detrás de la
pancarta. Mi ayuntamiento celebra la jornada con un acto
institucional en la plaza. En la tarima, tras una pancarta con lema,
están los reivindicadores, la mitad a la derecha son hombres, el
presentador es hombre. Hay música y discursos, mitad por mitad. En
la cafetería me ha puesto el café una mujer, en la pescadería me
ha preparado la trucha una mujer, la cajera del súper era una mujer,
no había mujeres tras la barra de la cafetería, tampoco despachando
pescado, ni en las cajas del súper, todas las que atienden en la
biblioteca son mujeres, mujeres las que recogen a los niños en los
colegios, las veo bajar por la avenida, mujeres las que hacen la
compra, tiene pinta que también sean ellas quienes van a hacer la
comida, pero en la tribuna del ayuntamiento la mitad eran hombres ridículos.
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