Toda
ciudad tiene sus héroes, la mayoría sin motivo. Marceliano Santa
María, pintor de Burgos, con museo propio. Pintó en la primera
mitad del XX. Veo una exposición centrada en paisajes de su
provincia, en el Arco que se abre a la catedral. Pintó en estilo
antiguo, el impresionismo cuando lo adoptó ya era viejo. Ni una
pincelada rota, ni un punto de vista desusado, ni una composición
que desbarate la mirada. Cada uno de sus cuadros, un río en primer
plano, un detalle costumbrista: mujeres en el lavadero, una chica
reclinada en el verde de la rivera, vacas, el fondo, el caserío y la iglesia
del lugar. Colores fallidos, mentales, verdes, ocres, azules en
monótona armonía, las diagonales esperadas y algo de monte o cerros
en la lejanía.
***.
...y
Cataluña maleducada.
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