miércoles, 2 de agosto de 2017

3. Oksfjord



           Verde y agua. Abedules y baja vegetación rastrera, la lisa plata del fiordo. Programado para ser feliz en este día que comienza en un camping sin ángel pero con vistas a la noche sin fin: “Lenguas de fuego como sangre” (Munch). Desde Cabo Norte a Alta, con su catedral vestida de titanio y sus calles barridas por la luz del norte, un oeste pálido, hasta el fin del Oksfjord con su pequeño glaciar bajo cuyo lecho se suelta una cascada. Salmón en el Articfjord.

Suena un preludio de Bach en la furgo,
qué cursilería,
abajo, el fiordo y los islotes,
el telón de montañas compactas
cortadas por una larga nube blanca,
puedes decir bello
y ser consciente de tu cursilería,
cómo no vas a serlo
si eres un turista fatigado de tanto esplendor.

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