miércoles, 10 de enero de 2024

Juego de suma cero

 


Para los estudiosos de la teoría de juegos, se abre un periodo interesante en la política española. Hay dos actores que tienen una bala de plata, pero solo una, y por tanto han de saber jugar para obtener el mayor beneficio. Estos actores son Podemos y Junts. Lo interesante del caso es que esa bala de plata solo la puede utilizar uno de ellos y una sola vez, aunque no son competidores porque juegan en campos diferentes. El PP no tiene ninguna bala que jugar, depende de las decisiones de los demás, puesto que es un jugador tabú (se ha alzado un muro entre los demás y él). El Psoe, al haber dejado fuera del juego al PP se condena a sí mismo, y como ya jugó su bala en la investidura, ahora también depende de lo que hagan los demás. Sumar no tiene ninguna porque desde el inicio se ha atado a la estrategia del Psoe. También ERC. El Pnv, por propia voluntad, solo tiene pólvora mojada.


La investidura fue fácil de armar porque todos los actores implicados tenían algo que ganar de la debilidad de Sánchez, como buitres en el muladar. Pero la legislatura en marcha muestra los intereses contradictorios: en algún momento del cadáver de Sánchez no quedarán más que los huesos y apartarse de él será lo más provechoso. ¿Cómo y quién maximizará la ruptura?


En el juego de suma cero, Podemos juega con Sumar y Juns con ERC. Lo que gane Podemos lo pierde Sumar, y al revés. Lo que gane Junts lo pierde ERC, y al revés. Cada uno, Podemos y Junts, espera el mejor momento para maximizar sus ganancias: dejar al gobierno con el culo al aire. Pero como digo solo lo pueden hacer una vez. Para Junts el mejor momento sería justo antes de las elecciones catalanas. El momento mejor para Podemos es difícil de cojeturar: ¿Antes o después de las elecciones gallegas? Mejor después porque en ellas tanto Sumar como Podemos mostrarán debilidad. Quizá el mejor momento para Podemos sea antes de las elecciones europeas porque ahí sí que tienen alguna posibilidad, aunque pueden pensar que mejor después porque habrán demostrado que tienen una bolsa inasequible de votantes.


Sin embargo, el problema principal para Podemos y Junts es adivinar cuándo utilizará el otro su bala para adelantarse. Porque si dejan que el otro se adelante, haciendo caer al gobierno de Sánchez, han perdido. Su única bala se convertirá entonces en munición de fogueo. Quien mejor lo tiene, quien menos riesgos corre es Junts. Podemos puede acaparar portadas el día que decida romper, para poco después caer en el olvido. En cambio Junts gana antes y después de utilizar su bala: gana cada vez que se presente la ocasión de hacer una votación importante porque obtiene réditos, pero ganará sobre todo el día que haga saltar por los aires la banca, siempre que esté cerca de las elecciones catalanas. Eso sí, siempre que no se le adelante Podemos: si Junts persiste en jugar de farol, Podemos le tomará la medida y podrá diseñar la estrategia para adelantarse en un momento inesperado. Apasionante el juego que nos espera. Aunque no se sabe cuán inteligentes son los actores y hasta qué punto lo pasional no arruinará la racionalidad del juego.



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