viernes, 3 de noviembre de 2023

Fair play

 


Vivimos un periodo de turbulencias que a medio plazo cambiarán nuestras vidas. Las placas tectónicas de la geopolítica chocan como no lo hacían desde la posguerra mundial. Sus efectos los vemos en la economía de la inflación, en la inmigración en aumento, en la desfalleciente Europa, en la política climática. Si la vida social cambia a velocidad de vértigo no cambia menos el psiquismo. Lo que comienza siendo una discusión pública, en la que podemos implicarnos o dejar pasar, termina afectando a nuestras vidas, sin que nos demos cuenta. Feminismo roles igualdad identidad. ¿En qué playa acabará lo que parece un naufragio?


Nueva y casi oculta en el catálogo de Netflix esta película reciente, Fair Play (Juego limpio). Tiene hechuras de thriller, una intensidad que se acrecienta. Una pareja que vive un tórrido romance y que planea su boda trabaja en una de esas empresas conectadas con la bolsa donde el trabajo lleva incorporada la competición despiadada. Hay un ascenso de por medio y ambos sueñan con ser el elegido. ¿Qué es más importante la vida en común o el éxito profesional? ¿A qué damos prioridad? ¿Podemos planear una vida separada del trabajo? ¿Cómo la vida pasional oculta nuestra verdadera personalidad? ¿Hasta qué punto la igualdad es un ideal accesible? ¿Cómo hacerse hueco en una sociedad de hombres? ¿Qué es más fuerte el amor o el poder? ¿Cuál es nuestro grado de tolerancia a la humillación? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a vejar al otro para ascender? ¿Hemos sido preparados para el éxito? ¿Y para el fracaso?


La primeriza directora Chloe Domont consigue un thriller claustrofóbico rodado en interiores, la oficina y el apartamento, sin ninguna, que yo recuerde, escena de calle, nocturno, oscuro, absorbente, centrando de tal modo la acción en los dos protagonistas - antagonistas principales que uno no echa de menos la luz u otros desarrollos del guion. Aunque las películas sitúan los dilemas en situaciones extremas aquí se nos muestra cómo lo que comenzó siendo un debate para tertulias políticas puede transformar nuestra vida, la de cualquiera. Pero Chloe Domont no brilla únicamente como directora también lo hace como guionista. La creación de los personajes principales es de gran complejidad, a la que ayudan los actores. Una película notable. Se ve con distintos ojos si uno es hombre o mujer.



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