jueves, 2 de noviembre de 2023

De Vilafamés a Onda, pasando por Zanfora (no vayas)

 


Paseo por el museo de arte contemporáneo de Vilafamés: muchas y variadas salas en el antiguo Palacio del Batlle, organizadas por un crítico famoso: Vicente Aguilera Cerni. Se me ocurre que si una obra puede ser fácilmente clasificada en un momento histórico o en un estilo determinado es porque no tiene mucho que decir; no descoloca al coleccionista, no le sorprende; tan determinadas las obras por la época que se hacen comentario. El arte está más de cerca de la locura que de la rutina del hombre común; los coleccionistas no tienen por qué dejar de ser hombres comunes (con dinero). Me resulta difícil quedarme con una de las muchas obras expuestas.




El espacio es limpio, bien iluminado, pero tengo la impresión de que asisto a una colección de obras de fin de curso en una academia de Bellas Artes; una colección de nombres que fueron famosos (Warhol y Picasso entre ellos), ahora ya no tanto. En ningún momento tengo la impresión de que se fuesen a comer el mundo. El mérito del museo está en el espacio creado para la exposición. Ese debe ser su reclamo; añádase el bello entorno de Vilafamés. 




Doy el salto, por carreteras secundarias, hasta Zanfora. Los vecinos de este pueblo han querido demostrar que son artistas pintando las paredes exteriores de sus casas, de escaso valor o nulo. Eso me pasa por preguntar en una oficina de turismo qué pueblos interesantes podría ver en Castellón. Me ha dicho la chica que fuese a Zanfora; atraído por ese bello nombre, he ido; no se me ha ocurrido preguntar dónde estaba el interés.


Solo treintañeros caminando por las calles; parece que es la década a la que le va este tipo de cosas. Para acabarlo de adobar me siento en una mesa y me dice el camarero que solo es para comer; yo quería una tapa y una cerveza, pues no. No vayas a Zanfora. 




Más interés tienen la morería y el castillo de las 300 torres de Onda.



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