lunes, 2 de octubre de 2023

Caledonia, Arycanda, Lymira



La historia de esta región, Licia, es tanta, tantas las antiguas ciudades enterradas o sumergidas que no hay tiempo para asimilar toda la información. Si no hay arqueólogos suficientes que te la expliquen, cómo tratar de entenderla. Empezamos temprano en la mañana con una subida al Faro de Gelidonia o de la Caledonia, golondrina en lengua licia, con una altura de 227 metros. El cabo era conocido en la antigüedad como Hiera Akra o cabo sagrado. Desde el promontorio las vistas son magníficas; se divisan las aguas azules y turquesas de este rincón del Mediterráneo, el mar de Panfilia, famoso por sus aguas bravías, debido a las corrientes inversas que hacían naufragar a muchos barcos que se despeñaban contra los cinco islotes rocosos y verticales que hay enfrente. Un cementerio de barcos de la época clásica atestigua los naufragios. El faro -el que vemos se construyó en 1936 por franceses- es un hito dentro del camino licio, una ruta de unos 15 km. Nosotros nos conformamos con ocho.




Licia es tierra de frontera entre ptolomeos y antíocos; hay 23 ciudades con restos de la época clásica. Dedicamos la tarde a visitar dos de ellas, Arycanda y Lymira.




Arykanda era una ciudad construida sobre un asentamiento antiguo, en el siglo III ac, sobre cinco grandes terrazas en la ladera de una montaña. Se conserva en muy buen estado porque como Termessos fue abandonada tras un violento terremoto en el siglo III dc. Ha sido excavada solo en parte; se conservan muy bien el Teatro y el Odeón que siguen el modelo griego; el Estadio, en forma de pista de atletismo, que, debido a la dificultad del terreno, es menor que un estadio clásico, 106 m. de largo y 17 m. ancho; los baños, el gimnasio y una serie de casas con mosaicos a la vista. El teatro con 20 filas de asientos, divididas en 7 secciones, se encuentra en excelente estado de conservación: lo hemos comprobado cuando Nati ha cantado una canción de My Fair Lady. En el borde de cada fila se ven los agujeros que se utilizaban para sostener toldos protectores.




Lymira fue una de las más antiguas ciudades de Licia y por su situación junto a la costa un gran centro comercial. Construida sobre el río Limiro, su momento llegó con la capitalidad de la Confederación Licia y después con la conquista de Alejandro. A partir de ese momento fue gobernada por los Ptolomeos egipcios antes de que llegasen los romanos. El teatro es de corte romano para unos 8.000 espectadores. Además destacaban el Ptolemaion, el mausoleo dedicado a Ptolomeo II, el monumento conmemorativo a Cayo César nieto y heredero de Augusto que perdió la vida en una batalla contra los partos. En la Acrópolis, la colina situada sobre el teatro, estaba el museo dedicado a Pericles el licio, uno de sus héroes. En los montes de los alrededores hay varias necrópolis, algunas excavadas en rocas y otras en forma de mausoleos, lo que indica la importancia que tuvo esta ciudad.




Bajo la corriente del río Limira que atraviesa el centro de la ciudad se dibuja la antigua basílica con tres naves y a los lados restos del enorme capitel que coronaba el Ptolemaion, donde se aprecian detalles de la serpiente que era el símbolo de los ptolomeos.



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