Navegar por la Costa Licia, muy parecida a la Costa Dálmata en cuanto a que una parte del mar está encerrado entre el continente y una serie de islotes, un mar casi en calma, te permite imaginar el mar que debieron ver los navegantes del mundo clásico. Serenidad es la palabra. Aquí hubo una ciudad que un terremoto sumergió a medias; perteneció a la Confederación Licia. Sí bucearamos veríamos la parte sumergida. De vuelta, antes de atracar en la parte continental veremos lo que queda de la Acrópolis, un castillo y una fortaleza y debajo el pueblo nuevo con un nombre moderno, Kaleköy, literalmente 'pueblo del castillo'. También veremos barcos para alquilar por turistas que quieren recorrer este gran lago marino, comer en el barco, darse un chapuzón y ver, si se puede, la ciudad sumergida. La vegetación no es diferente a la de cualquier otro lugar del Mediterráneo, arbustiva con sabinas y acebuches.
La antigua ciudad en parte sumergida se llamaba Simena, la actual Kaleköy, entre las actuales Demre (Myra) y Kaş, donde nos slojamos, todo en la provincia de Antalya. Bajo el agua yacen los antiguos baños termales y la necrópolis y en el fuerte, la antigua Acrópolis, un pequeño teatro y el bouleuterion. El castillo bizantino es de la Edad Media construido para luchar contra los piratas que se escondían en la cercana isla de Kekova. La ciudad tuvo poca suerte porque fue destruida por un terremoto en el siglo II d.C, reconstruida durante la época bizantina, luego abandonada y otro terremoto, probablemente en el siglo X, dejó las ruinas en gran parte bajo el agua.
Antes de llegar a Kaleköy, esta mañana hemos visitado un lugar santo para los rusos, la iglesia reconstruida de San Nicolás de Myra, en Demre, también conocido como de Bari. No nació en Myra sino en una ciudad cercana pero sus restos fueron trasladados a Bari en el momento de la división cismática entre Oriente y Occidente. Se le suele pintar y esculpir rodeado de niños a los que hacía regalos en secreto, de ahí el tradicional Santa Klaus (San Nicolás: Sinterklaas, en holandés) o papá Noel. En muchos países se relaciona a este santo con la juguetería de Navidad. Por ello también se le conoce como San Nicolás el Maravilloso. Además es patrón de muchas profesiones, entre ellas la de los ladrones arrepentidos. Para celebrar al santo, Teodosio II construyó esta la iglesia de Myra en el lugar donde había sido obispo, unos 200 años después de su muerte, en el siglo IV dc. Fue restaurada por el zar ruso Nicolás I. Los principales visitantes son rusos. El conjunto de la Iglesia es agradable y son bonitos los frescos.
La siguiente visita ha sido a la ciudad licia de Myra para ver su magnífico teatro de construcción romana, así como las tumbas excavadas en la pared rocosa de al lado, con relieves y policromías, perdidos en su mayor parte. Myra pasó, como el resto de las ciudades licias, por sucesivos imperios, desde Alejandro a la dominación romana. Fue un puerto de abastecimiento para las naves romanas que se dirigían a Alejandría. Junto al teatro estaban el templo de Apolo y el de Artemisa, el más grande y bello de Licia. Era el lugar donde las jóvenes pasaban el rito de paso hacia la edad adulta: allí perdían su virginidad. También se dice que los hombres consagrados a la diosa eran castrados, tal el emperador Heliogábalo. Artemisa era una de las grandes divinidades de Oriente. Su genealogía viene de Astarté, Isthar, Isis, Cibeles y otras. San Nicolás de Myra, con la soberbia del primer cristianismo, lo mandó destruir. Cuando la ciudad fue conquistada, en el 808, por Harún al-Rashid, el califa de las mil y una noches, la ciudad entró en decadencia y fue abandonada en el siglo XI. El río Miros, que dio vida a la ciudad, fue cubrienfo en los siglos la ciudad con sedimento y la enterró, de modo que excavarla cuesta lo suyo.
Myra posee el mayor teatro romano de la región. Se conserva bastante bien gracias a que estuvo enterrado, como lo están muchos sitios de esta región. Con capacidad para once mil personas, aunque de origen griego, es un edificio de estructura romana, es decir exento, con escenario de dos pisos, vomitorio y bóvedas de acceso, pues fue reconstruido en el siglo I. Se pueden ver relieves con sirenas, criaturas marinas, el águila y una medusa, así como una formidable colección de máscaras de piedra que se muestran en los aledaños del teatro.
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