viernes, 6 de octubre de 2023

Afrodisias

 


Dejamos la costa licia, atravesando el Tauro por encima de los 1500 m, para entrar en la meseta sur de Anatolia, 'el país del sol' para los griegos y 'Asia Menor' para los romanos. Cambia el clima, cambia la vegetación, parece que cambie el continente; a cada paso iremos levantando el polvo de la historia, reinos que se elevan y caen (Aqueos, Pueblos del Mar, hititas, bitinios, Cilicia, Caria, Lidia, Eolia, Egipto); reyes y profetas que dejaron su huella: Midas, Creso, Ciro, Mitridates, Alejandro, Pablo de Tarso, Felipe); edificios, esculturas, monumentos que se niegan a desaparecer del todo, escrituras que reaparecen para dar un sentido nuevo a la historia. Perseguimos sus huidizas sombras para que nos acaben de contar lo que no sabemos, lo que nos hizo ser lo que ahora somos.




Así Afrodisias, la ciudad de Afrodita, ciudad notable del periodo helenístico y romano, hoy Geyre, de la que yo no tenía noticia pero que la Unesco considere patrimonio mundial. Hasta el siglo V de nuestra, Afrodisias fue famosa por su escuela de filosofía y por sus talleres de escultura. Característico de Caria era el mármol blanco y gris azulado que recubría las fachadas de los edificios y daba el tono a las esculturas de la diosa del amor, famosas en el mundo romano. En el siglo VII un terremoto la destruyó. Antes le habían cambiado el nombre por Estaurópolis, 'ciudad de la Cruz', cuando pasó a ser cristiana, para eliminar connotaciones paganas.




Son notables la puerta monumental, o tetrápilo, que conduce por la calle principal al Santuario de Afrodita Afrodisias, con el tiempo desmantelado para convertirlo en basílica cristiana. El consejo o bouleuterion, también llamado odeón, en forma de auditorio semicircular muy bien conservado en la parte inferior, probablemente abovedado, construido en época romana. En el siglo V fue transformado en palestra. 




El Sebasteion, un templo único en su género, tenía la pretensión de conectar a la divina Afrodita con la casta imperial romana, por lo que también se conocía como Augusteum: la familia de César y Augusto afirmaba ser descendiente de la divina Venus/Afrodita, no en vano Eneas, el mítico fundador de Roma, era hijo de Anquises el troyano y de Afrodita. 




Impresiona por su conservación -no he visto ninguno en tan buen estado- el estadio de 270 por 60 m, uno de los más grandes del Mediterráneo, con pista de 225 por 30 m, con capacidad para 30.000 espectadores, donde se celebraban juegos. También son visibles partes del teatro, las termas, una miríada de sarcófagos y el ágora.




Buena parte de la prestancia de la ciudad de Afrodisias se debe a Gaius Julius Zoilos esclavo de Cayo Julio César, liberado por Octavio. Cuando Zoilos regresó a su ciudad natal como liberto con una gran fortuna por los servicios prestados a la Casa imperial: fue aliado de Augusto en su lucha por el poder contra Marco Antonio. 

 



Todos los romanos que se hacían ricos se veían en la obligación de hacer grandes donaciones a su ciudad para adquirir prestigio. Zoilos fue sacerdote de Afrodita y pagó por tres importantes edificios: parte del templo de Afrodita, el escenario del teatro y la columnata del Ágora Norte. Se la recordaba con dos estatuas públicas y con la tumba monumental que decoraba el friso.


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