jueves, 5 de octubre de 2023

Leivissi/Kayaköy. Ölüdeniz. Tumba de Amyntas en Fethiye

 


Hoy, por el contrario, la jornada ha sido completa, con temperatura agradabilísima, buena comida y bebida y en mejor compañía, satisfactoria para el turista que no tiene otra preocupación que ver feliz su presente y, si acaso, juzgar con despreocupación acontecimientos del pasado. No así para los habitantes de la ciudad de Karmylessos, en griego antiguo, Leivissi, en el moderno que usaban los griegos expulsados de sus casas en 1923. Una de las tragedias del siglo XX fueron los movimientos de población a la fuerza realizados por políticos autoritarios. Ahora lo vemos en directo en Nagorno Karabaj sin que provoque mayor conmoción. 




Los griegos de Leivissi fueron expulsados, junto a una importante población griega de Esmirna, en dos fases: en 1919 tras un período de masacres dentro del Imperio otomano, durante la primera Guerra mundial, y, tras la guerra entre Grecia y Turquía, en 1919-1922, por el tratado de Lausana en 1923, que prohibía permanentemente el regreso, bajo la excusa de un intercambio de población. Impresiona ver las calles abandonadas, casas de las que apenas quedan paredes erguidas, iglesias vacías, en la ladera de la montaña y el aire fantasmal de una ciudad abandonada, una ciudad en la que los turcos musulmanes procedentes de Grecia se negaron a instalarse por miedo a las almas en pena de los griegos asesinados en las masacres.




La ruta que hemos hecho hoy entre Kayaköy y la ciudad costera de Ölüdeniz, dentro del Camino Licio, ha sido espléndida, siempre con vistas sobre la costa y el parque natural de la laguna azul, un mar tan sereno que se le conoce como 'Mar Muerto', por sus aguas tranquilas, allí donde el Mediterráneo comienza a denominarse Mar Egeo y con la gran isla de Rodas al fondo. Pequeñas calas, y alguna bahía, con barcos de gente ociosa que busca el baño tranquilo, en la también llamada Riviera Turca o costa turquesa.




Tanto Ölüdeniz, barrio del municipio, como Fethiye, donde nos alojamos, se parecen a cualquier ciudad de la Costa del Sol, aunque con tonos de color turquesa y aguamarina. Restaurantes, bares, paseo y playa. A Ölüdeniz se le conoce como la pequeña Britania por los turistas que aquí se han ido asentando, gente famosa entre ellos. Desde la elevada terraza del Tiger bar veíamos precipitarse los parapente que en grandes cantidades descendían desde el monte Babadağ, haciendo acrobacias sobre el paseo, sorteando a los viandantes. 




Hoy no tocaban ruinas, sin embargo al volver a Fethiye, no hemos podido resistir la visita de la Tumba de Amyntas, dentro de la ciudad licia de Telmessos, luego helena y romana. La tumba excavada en la roca en la ladera de la montaña, hacia el 350 ac, estaba dedicada a un noble licio. Hemos acabado paseando por el puerto, el mercado de pescado que se escoge y cocina allí mismo y las callejuelas llenas de tiendas y curiosos. No parecía que estuviésemos en Turquía, no al menos en la imagen falsa que de este país nos solemos hacer.




En la antigüedad los habitantes de Telmessos tenían fama de adivinos. El propio Alejandro Magno llevaba en su expedición a Aristander, y no a Amyntas como yo creía, el más famoso de todos ellos, que le interpretaba los sueños.


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