Un libro especulativo, a mitad de camino entre la divulgación y la autoayuda; su objeto, la neurociencia de la meditación; entrecruza neurólogos con filósofos y fisiólogos con monjes budistas. Para la divulgación neurocientífica los hay mejores, y, respecto a lo segundo, hay un océano de libros de autoayuda que merecen seguir en el fondo del proceloso mar de la especulación.
La idea fundamental del libro es el secuestro de la emoción que la amígdala nos impone: ante la percepción de un suceso nuestro cuerpo dispara una emoción antes de ser conscientes de ello y poder controlarla. ¿Cabe la posibilidad de controlar ese desfase? ¿Existe el libre albedrío? La solución estaría en la meditación que propone el mindfulness. Mediante el entrenamiento de la mente a través de la meditación podemos favorecer un estado emocional equilibrado y con ello la expresión de la emoción: 'atender al momento presente sin juzgar'. Siendo espectadores de nosotros mismos conseguiríamos que el cerebro comenzase a cambiar. La meditación fortalecería la corteza prefrontal y reduciría la potencia de la amígdala. Solo ocho semanas de mindfulness bastarían para reducir el estrés, una especie de educación neuronal. 'Si quieres puedes', ese es el mensaje. Para aquellos que buscan una validación científica del mindfulness.
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