jueves, 2 de marzo de 2023

Modelo 77

 


Qué decepcionante Modelo 77. Cómo se queda a medio camino entre la película documental y la de entretenimiento; no sirve ni para ilustración de quienes no conocieron la época del final del franquismo y el comienzo de la transición, que es el contexto en el que se sitúa, ni como entretenimiento: una de esas películas de género cancelario con personajes rudos y víctimas inocentes que han sido condenados por error. No es indecisión sino impericia que el guion no se decante por un enfoque o por otro. Esperas durante todo el metraje a que, como en las películas de género, los personajes hagan de la humillación resistencia hasta dar la vuelta a una situación insoportable, pero no sucede. Tampoco sirven las pocas referencias que se hacen al movimiento Copel (Coordinadora de Presos en Lucha) que pidió para los comunes la misma amnistía que se había concedido a los presos políticos, ni a la situación política para testimoniar lo que entonces sucedía. Como son muestras de debilidad en el guion y en la dirección las levísimas referencias a la homosexualidad, al trapicheo, a las disputas entre comunes y políticos, nada que nos permita creer que lo que vemos es lo que sucedía, más atentos a la recepción actual, a la corrección política, que al reflejo verdadero de entonces. Ya el título muestra esa indefinida ambigüedad que no lleva a ningún sitio.


El aburrimiento se debe a que pronto calamos lo inverosímil de lo que se muestra. La inocencia de los presos de la Copel, la santificación de su protesta, el fondo de bondad que esconden los personajes más siniestros, salvo unas pocas cuchilladas de atrezzo.




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