viernes, 3 de marzo de 2023

II. Hambrientos de energía

 


Es necesaria mucha energía para organizar las moléculas en células, las células en órganos, los órganos en organismos y los organismos en flores, bosques, bandadas, escuelas, rebaños, manadas, colonias, comunidades y ciudades”. Una energía que luego se va por el sumidero de la entropía.


La tendencia natural de todo lo que existe es a la desorganización o, más propiamente, la tendencia de la energía contenida en cualquier organización a distribuirse de manera uniforme en el universo. Según Boltzmann y Schrödinger todos los organismos vivos son máquinas termodinámicas. Una taza de café caliente se va enfriando deprisa o poco a poco hasta alcanzar la temperatura ambiente. Los organismos vivos necesitan combustible (alimentos aire agua) para crecer y desplazarse (trabajar), parte de ese combustible se transforma en calor que se pierde en el universo. Las plantas mediante el proceso de la fotosíntesis se alimentan del sol, y del suelo nitrogenado. En un segundo escalón los herbívoros se alimentan de la energía acumulada en las plantas. Y en un tercero, los carnívoros convertimos en energía la carne, la médula, los órganos, los huesos y la grasa de los herbívoros. Todos los procesos de absorción de energía necesitan trabajo y tiempo. Las plantas realizan la fotosíntesis; los herbívoros consumen grandes cantidades de plantas que mastican rumian y digieren. Los cazadores persiguen a sus presas. El homo sapiens actual acude al carnicero que le entrega una pieza de carne a cambio de un trabajo previo convertido en dinero. En el trabajo se gasta una parte de la energía disponible, menor si la realizamos en menos tiempo. A lo largo de la historia el hombre ha usado estas dos variables de modo diferente.


Buscamos realizar trabajo para acumular energía con el menor esfuerzo y tiempo posible. En el primer caso usamos herramientas que disminuyan o sustituyan el trabajo humano para modificar y transformar el mundo que nos rodea: desde herramientas de piedra (como el hacha de piedra achelense, utilizada durante un millón y medio de años) o, más plausiblemente, herramientas de materiales ligeros, orgánicos y fáciles de trabajar (como la madera el cuero los tendones, las pieles sin curtir, las fibras vegetales, el cuerno y el hueso), hasta el trabajo de animales (bueyes, caballos) o de esclavos (otros hombres), desde el fuego (la herramienta más importante de toda la historia evolutiva del hombre) al arado de reja, mediante la división del trabajo en la vida social hasta los combustibles fósiles y la mecanización. Por lo que se refiere al segundo, procuramos hacer el trabajo en el menor tiempo posible con la intención de poder hacer otras cosas o no hacer nada (ocio). Tres procesos aumentaron considerablemente la captación de energía: el fuego, la agricultura y los combustibles fósiles.


La presión adaptativa (evolución) ha perfilado nuestra anatomía y fisiología en un proceso de creciente especialización. Diferentes especies vegetales y animales se han adaptado a los nichos más adecuados para su supervivencia y reproducción. El homo sapiens apareció en África hace 300.000 años. Comparte caracteres con los homínidos que le precedieron, como el bipedismo o un gran cerebro. Somos física y neurológicamente el producto del trabajo que hicieron nuestros antepasados y de las habilidades que adquirieron: nuestra capacidad para dominar habilidades está escrita en nuestros brazos manos ojos boca cuerpos y cerebros. El entorno da forma a nuestro cerebro. La inteligencia responde a presiones adaptativas. El lenguaje ocurrió en paralelo a la fabricación de herramientas (El área de Broca que está implicada en el lenguaje también lo está en la fabricación de herramientas). La búsqueda de energía (alimentación) está en función de la presión adaptativa al entorno cambiante. En los albores de nuestra especie, los cazadores recolectores cogían lo que la naturaleza les ofrecía sin preocuparse por guardar o almacenar alimentos porque una naturaleza feraz les ofrecía lo que necesitaban. Pero el entorno cambió y la especie tuvo que adaptarse: surgió la agricultura, crecimos, buscamos por necesidad nuevas fuentes de energía, creamos nuevas herramientas, la industria, hasta llegar al nuevo estadio de civilización, con graves problemas de adaptación, energéticos y con el entorno, con nuevas herramientas como la automatización y la inteligencia artificial y un gran enigma por delante.


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