En la tradición india, la palabra utilizada para filosofía es darsana, punto de vista o perspectiva, de la raíz sánscrita drish: 'ver, experimentar'. El hinduismo es un sistema pluralista con diferentes enfoques e interpretaciones de la realidad, de algún modo complementarias, como lo son los sistemas filosóficos de Occidente. Se habla al menos de seis sistemas filosóficos o darsanas (Samkhya, Yoga, Nyaya, Vaisesika, Mimamsa, y el Vedanta) o tradiciones astika (teístas) u ortodoxas. Todas ellas aceptan los Vedas como fuente de conocimiento autorizada y como definitivas en la identidad hindú. Como en casi todas las religiones la ortodoxia consiste en la interpretación de antiguos textos que se consideran revelaciones. El budismo, el Jainismo, el Lokayata y el Ajivika son sistemas heterodoxos (nāstika) porque no aceptan la autoridad de los Vedas. Aunque el Budismo y el Jainismo afirman el principio del karma, el ciclo de la reencarnación y la búsqueda de la moksa -la liberación del ciclo-, el sistema Lokayata, creada por el filósofo y escritor Chárvaka del siglo VII aec, una forma de materialismo, rechaza ambos: la autoridad védica y la cosmología del karma, reencarnación y liberación, así como la existencia del Isvara -el Ser Supremo. Chárvaka consideraba que la meta de la humanidad es la búsqueda de la felicidad y la supresión pragmática del sufrimiento. Renunciar al placer para evitar el dolor era un ‘razonamiento de tontos’. El Ājīvika es una suerte de determinismo: todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá está predestinado en función principios cósmicos; no hay libre albedrío, según este darsana heterodoxo.
Los seis sistemas filosóficos podrían reducirse a tres parejas: Samkhya con Yoga, Nyaya con Vaisesika, y Mimamsa con Vedanta, en una relación de teoría, en el primer miembro, con práctica, en el segundo.
Nunca ha nacido y nunca muere el Ser Uno.
Al no haber existido, nunca cesará de existir.
No tiene origen, es eterno, imperecedero,
ancestral, y no muere cuando el cuerpo
muere. Bhagavad Gita
1. El Samkhya, el sistema de pensamiento más antiguo, se remonta a los siglos VIII y VII aec. Es dualista, afirma que hay dos tipos de cosas que crean la realidad: el purusa, conciencia o espíritu¸ y el prakrti, naturaleza o materia, incluidas la mente y las emociones humanas. Hay tantos purusas como seres vivientes. Su naturaleza, sin embargo, es única: es pura consciencia. El purusa es absoluto, independiente, libre, más allá de la percepción, por encima de cualquier experiencia de la mente o de los sentidos e imposible de describir con palabras. Jiva ('un ser vivo') es el estado en el que purusa está unido a prakrti. Purusa observa pasivamente las operaciones del prakrti activo, o naturaleza material. El Prakrti está en movimiento constante y oscila a través de tres modos de ser, tendencias innatas o gunas: sattva, rajas y tamas. Rajas es la cualidad activa, el dinamismo. Tamas es inercia. Sattva es un estado de equilibrio entre los dos. Ser tamásico es no tener interés por progresar espiritualmente. En el raja predomina la agitación, la actividad en el mundo. Pero es el estado en calma del sattva el que mejor percibe la realidad, aunque se necesita un paso más, porque el objetivo final de la filosofía Samkhya es la liberación del purusa, que ha quedado atrapado en las actividades de prakrti. Si aceptamos la analogía y volvemos la mirada a nuestros místicos, el cuerpo físico -prakrti- es un fardo para el espíritu -purusa, del que ha de liberarse. El final de la atadura del purusa al prakrti se llama liberación o kaivalya (aislamiento).
2. El Yoga con respecto al Samkhya aporta dos cosas: la existencia del Isvara, o ser supremo, un purusa que nunca ha sido atado al prakrti, y, por tanto, es siempre libre, y las prácticas para la contemplación del Isvara en ocho pasos u ocho miembros (astanga) con el propósito de liberar a purusa de prakrti. Estos son los ocho pasos, enumerados por el sabio Patanjali -de difícil cronología histórica, en todo caso siglos antes de nuestra era- en su Yoga Sutra: yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dhyana y samadhi. Yama y Niyama son los pasos previos que hay que dominar antes de iniciar la meditación: la no-violencia o ahimsa, decir la verdad o satya (‘decir las cosas tal como son’), no robar o asteya, moderar los sentidos o brahmacarya (‘caminar en la conciencia de Dios’), especialmente la sexualidad, y no codiciar o aparigrapha (‘Todas las cosas del mundo son tuyas para usar, pero no para poseer’). Los niyamas son la autodisciplina: la limpieza o pureza (sauca), la satisfacción (santosa), el ascetismo (tapas), el autoestudio (svadhyaya), y la entrega a la contemplación del Isvara (Isvarapranidhana).
El asana re refiere a las posturas de la meditación. Para Patanjali lo más importante era que el lugar esté limpio y mantener recta la espalda para ayudar a respirar. El pranayama es el control de la respiración por la que se vehicula el prana o energía vital. El pratyahara es el control sobre las influencias externas, liberándose del prakrti y dirigiéndose hacia purusa. El dharana es la concentración en un único punto, el paso previo a la meditación. El dhyana es el estado contemplativo en el que la mente observa su propio comportamiento. En el samadhi cesa la actividad de la mente, se disuelve la percepción del yo y se funde en un estado de unidad con el objeto de concentración; la persona siente que se está fundiendo con el universo. El practicante es ahora completamente uno con el purusa.
Desde las grandes Upanishads la ecuación Atman = Brahman (el yo personal es igual al yo omnipresente, que es eterno y todo lo abarca) fue considerada en el pensamiento hindú como representativa de la quintaesencia de la penetración más profunda de los acontecimientos del mundo (…) Sólo hay una cosa y lo que parece una pluralidad es meramente una serie de aspectos diversos de lo mismo, producida por un engaño, la llamada Maya en el pensamiento hindú. (Erwin Schrödinger)
3. La mejor forma de rebatir la objeción de Hegel de que no hay una filosofía india es estudiar la siguiente pareja: Nyaya/Vaisesika. El Nyaya ofrece un sistema lógico y una teoría del conocimiento (una epistemología); el Vaisesika es una versión realista de la naturaleza del universo revelada a nuestra experiencia común. Desarrollado por el sabio Gautama (Akshapada Gótama, hacia el siglo II ac; no confundir con Siddhartha Gautama, el Buda) en los Nyāya Sūtras, el Nyaya busca establecer una base sólida para el conocimiento correcto y la moksha o liberación, pues el sufrimiento humano surge de la ignorancia y el engaño. Cómo proceder para un recto conocimiento. Hay cuatro pramāṇas o medios fiables para obtener conocimiento: Pratyakṣa (la percepción sensorial), Anumāṇa (la inferencia lógica), Upamāṇa (la comparación y analogía) y Śabda (la palabra, el discurso de un sabio o texto autorizados (como los Vedas).
4. El Vaisesika es su sistema cosmológico que parte de una suerte de atomismo. Todos los objetos del universo físico son reducibles a átomos (paramāṇu); las cualidades surgen de agregados de átomos; la agregación y su naturaleza están predeterminadas por fuerzas cósmicas. Las entidades que produce el mundo son reveladas en la experiencia común. Los tipos de entidades o categorías (padartha) son seis en total: la sustancia (la realidad se compone de cinco sustancias o dravya: la tierra, el agua, el aire, el fuego y el espacio), la cualidad (guna), la actividad (karma), la universalidad o generalidad (samanya), la particularidad (visesa), y la inherencia (samavaya) o relación entre una cualidad y una sustancia. A veces, se agrega una séptima llamada ausencia o no ser (abhava). En su detalle, la cosmología india tiene una sorprendente similitud con la física moderna occidental.
5. Por fin, los últimas dos darsanas o perspectivas filosóficas, el Mimamsa y el Vedanta, (o Purva Mimamsa y Uttara Mimamsa, es decir, ‘interpretación anterior’ e ‘interpretación posterior’ de los Vedas) están enfocados al hinduismo como religión védica con finalidad ritual. El Purva Mimamsa es una hermenéutica o interpretación de los cuatro vedas para un uso correcto del sánscrito en la práctica védica. En su estudio filológico desarrolló teorías sobre el lenguaje afirmando que su propósito es prescribir las acciones y rituales correctos, y corregir el dharma (deber o virtud). Los vedas son infalibles y eternos y por tanto los mandamientos y mantras védicos son acciones prescriptivas. Es comprensible, por tanto, que acabasen en un nominalismo en el que los dioses nombrados en los Vedas no tienen existencia real, su poder se sustenta en los propios nombres y mantras.
6. El Vedanta (o Uttara Mimamsa) se centró en la interpretación de la última parte de los Vedas, los Upanishads, la culminación del pensamiento védico, que se ocupa del conocimiento de Brahman, o la Suprema Realidad. El nombre Vedanta se refiere tanto al hecho de que los Upanishads son literalmente el ‘fin del Veda’ como a que el conocimiento de Brahman es el último objetivo o fin de la práctica y pensamiento Vaidika o Védico. El Vedanta, el más conocido de los darsanas; se compone de diversas escuelas de pensamiento, con una concepción diferente de la relación entre Brahman, el yo y el mundo. El Vedanta Advaita, del maestro Sankara, la más antigua, afirmaba que el yo individual es completamente idéntico a Brahman (monista): solo Brahman es real, mientras que el mundo fenoménico es una apariencia ilusoria (maya). El Visistadvaita Vedanta, desarrollado por Ramanuja, afirma la identidad de Brahman con toda la existencia, sin establecer distinción entre yo, mundo e Isvara, que no son mera apariencia, o maya, sino el reflejo de la verdadera diferencia en el interior de Brahman, algo así como la unidad en la diversidad. El Dvaita Vedanta, fundado por Madhva, adopta, por el contrario, un dualismo realista al afirmar la distinción entre Isvara, los seres vivientes (jivas), y el mundo (maya, la materia) como entidades independientes. El Bhedabheda, por fin, enseña que el yo individual (jīvātman) es a la vez diferente y no diferente de la realidad última conocida como Brahman. La tradición Vedanta, en sus muchas escuelas, contiene extensas discusiones sobre ontología, soteriología y epistemología.
Cuando nos preguntamos cómo conocemos el mundo, las distintas tradiciones filosóficas hacen preguntas diferentes: para unos significa ¿cómo sabemos lo que necesitamos saber para vivir bien?, Para otros ¿cómo podemos comprender mejor lo que sabemos que es verdadero mediante las revelaciones de los dioses o los rishi -el sacerdote que canta los himnos sagrados o un poeta inspirado o un sabio? Y para otros, ¿cómo podemos establecer dichos objetivos? Unos asumen que el conocimiento es siempre efable -que se puede explicar- y otros que es inefable -que no se puede explicar con palabras. Lo que vale tanto para el pensamiento indio como para el occidental.
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