domingo, 22 de enero de 2023

De Cochin a Munnar 14

 


Supongo que hay otras formas de visitar la India. Nosotros queremos abarcar mucho en poco tiempo, tener una visión general, superficial claro está, de lo que es la India del Sur, de Mumbai a Cochin, de Hampi a Chenai, de la gran ciudad a los pueblos interiores, de la costa a la montaña, incluyendo la India monumental. El viaje de Cochin a Munnar, ambas en Kerala, en dirección a la montaña de las plantaciones de té, es largo, y más largo se hace si el conductor desconoce las carreteras del sur o no sabe manejar el GPS. Lo que podríamos haber hecho en cinco horas ha sido en siete, dando vueltas por el interior y los alrededores de Cochin. Lo que nos ha privado de hacer una visita concertada a una plantación de té, y la charla sobre las variedades del té y sus diferencias.




Nos hemos despertado con los cantos antifonales en la lengua local -malabar- de una iglesia cercana. La Iglesia, vista desde el barco, estaba a rebosar. Mientras paseaba por un sendero entre dos lagunas, buscando fotografiar el amanecer, entre saltos de peces y cantos de aves, escuchaba la rítmica música de los coros de la Iglesia. Es domingo y se nota que en las carreteras hay menos tráfico. La mayoría de los negocios a pie de carretera están cerrados. En Kerala hay iglesias por doquier. De vez en cuando se ve alguna mezquita compitiendo en tamaño y blancura con una iglesia cercana. Munnar en cambio está muy concurrida. A 1600 metros de altura, frente a los 2240 de Ooty, en la misma cadena montañosa, está fresquita cuando llegamos.




La subida se hace por una carretera estrecha donde los coches han de parar cuando se cruzan en las curvas. En varias ocasiones he temido que se produjese un choque. Antes de llegar a la curva, los vehículos aprietan el acelerador y cuando llegan tienen que dar un frenazo para no chocar contra el que viene de frente. Llegados a ese punto uno de los dos ha de retroceder. 



Tras muchos kilómetros de palmeras, cocoteros y árboles del caucho, paramos en una cooperativa de plantas de especias, con explicación y compra. Luego aparecen las plantaciones de té, un paisaje hermosísimo cuando el sol declinaba. El calor húmedo y denso de los canales de Cochin, junto a la costa del Mar Arábigo, contrasta con el frío seco de la montaña de Munnar. 




El cansancio tras el largo viaje ha tenido un final feliz, un masaje ayurveda de hora y media. Mi primera y única experiencia en Sri Lanka fue memorable. Esta ha sido diferente, con el baño de vapor después del masaje y con golpeteo muscular más que fricción epidérmica. Mis compañeros no han disfrutado tanto porque han pasado frío; el local estaba abierto al aire húmedo de la ciudad.


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