sábado, 21 de enero de 2023

Cochin 13


Pintura callejera


Cochin es una ciudad del Estado de Kerala, cerca de la punta oeste de la India, de 4 millones de habitantes, colonizada sucesivamente por portugueses holandeses e ingleses. La huella de esos países permanece. Hay más Iglesias que templos hindúes o mezquitas, incluso una vieja sinagoga, que parece que es la más antigua del país. Hoy, sábado, por la puerta entreabierta he atisbando la asamblea judía; no hemos podido entrar. De origen español portugués y holandés, la colonia judía ha ido minorando. Apenas quedan 3000 en una población india de 1400 millones. Como la construcción es la principal empresa del país, hemos dormido en un gran hotel en el que solo está abierta la sexta planta; el resto es fantasmal, está por construir, un gran hueco oscuro cada piso. Hemos  visitado la primera iglesia cristiana, la de San Francisco, donde recibió la primera sepultura el gran Vasco de Gama, ahora en Lisboa, y luego el puerto pesquero, con las redes chinas en forma de brazos de pulpo movidos por una polea. 

Artes de pesca china


En el barrio colonial, más interesante, está enclavada la sinagoga, un barrio agradable, con todo tipo de comercios desde galerías de arte hindú, en general esculturas restauradas, hasta tiendas de especias o de telas, con grandes casas y palacios de cuando la administración Europea. He tomado un capuccino como hacía tiempo que no tomaba en un corredor lleno de galerías y tiendas de lujo. Me hubiera quedado en ese lugar más tiempo. El turismo europeo se hace notar en está zona.



El barrio es grande y los edificios de época numerosos. Junto a ellos pequeños edificios de la población local, en medio de la vegetación exuberante, con árboles de gruesos troncos y alargadas ramas, cuyos nombres desconozco. Cochin da al Índico, al mar Arábigo más en concreto, pero no se conforma con ser ciudad marítima y oceánica, está recorrida por largos canales y lagunas. Hasta un millar de barcos casa circulan por su aguas; algunos familiares, otros dedicados al turismo. 



Con uno de ellos hemos hecho un largo recorrido; hemos comido, cenado y desayunado, visto el atardecer y el amanecer sobre las aguas calmas; y un camarote para dormir. Navegar por estos amplios canales es asistir a una procesión de barcos casa, parecidos pero diferentes, porque en cada uno viajan pasajeros con características propias. 




Las condiciones del barco no son las que daría un servicio europeo, por ejemplo el crucero por la costa Dálmata, que conozco. Pero estamos en la India, tienen sus costumbres y sus ritmos, están en proceso de aprendizaje y hay que ser pacientes. Hay un agudo contraste entre nuestra impaciencia por gozar de comodidades estilo europeo y el ritmo lento con el que se mueven los indios. Del intercambio cultural se espera un aprendizaje mutuo, una convivencia en el mundo globalizado en el que sin perder los rasgos idiodincráticos adoptar formas útiles de entender el mundo del otro nuestro hermano. Hay algo que el otro sabe que tú desconocías. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

👍🏻👏🏻👏🏻