Hoy nos despedimos de Armenia, pero antes visitaremos dos de sus maravillas, Sevanavank, junto al lago Seván, y el monasterio de Hagpath.
El lago Sevan es una maravilla de la naturaleza, uno de los lagos más altos de Asia Occidental, pues hay que recordar que mientras Georgia es europea, Armenia es asiática. Entre montañas, a 1916 metros de altura, es alimentado por 28 ríos y arroyos, probablemente de origen volcánico. Tan alto, limpio y puro que, según la leyenda, sólo beben de él las estrellas y los dioses. Antes del drenaje que ordenó Stalin, tenía 95 m de profundidad, cubría un área de 1360 km², el 5 % de toda el área de Armenia. Ahora tiene 75 km de largo por 37 en su mayor anchura, con un área 1240 km².
Sevanavank o el Monasterio Negro fue construido en el siglo IX sobre toba negra en una pequeña isla del lago. Cuando Stalin lo drenó las aguas bajaran 20 metros y la convirtieron en península. Es un buen mirador sobre el Seván. Del complejo monástico quedan dos iglesias de planta cruciforme, planta habitual en las iglesias ortodoxas, la de la Madre de Dios y la de los Santos Apóstoles. Como los armenios han sido desposeídos de cualquier salida al mar, aman este lugar como el preferido para las vacaciones. El presidente tiene aquí una residencia, también la asociación de escritores y la Iglesia ortodoxa, un seminario.
Ascendemos por desfiladeros estrechos y paredes rocosas dejando atrás restos de antiguas fábricas y colonias industriales desmanteladas, fenecidas tras el periodo soviético.
El Monasterio de Hagpath, nuestra última visita en Armenia, fue construido en la ladera de un circo, entre los siglos X y XIII, a menudo oculto entre las nubes para protegerse de los invasores. Fue un gran centro cultural y religioso, con una rica colección de manuscritos, sometido a estrictas reglas: no era para mujeres ni para jóvenes, con restrictivos usos alimenticios. Se conservan la iglesia principal de San Nishan (967-991), con impresionantes frescos, (siglo XIII-XIV), y la Iglesia de San Gregorio (1005), el pequeño domo de la iglesia de San Astvatsatsin (siglos XII-XIII), el depósito de libros del siglo XIII, el campanario (1245) y las khachkars, las singulares cruces talladas en piedra, el elemento más significativo y más repartido por todo Armenia de su arte religioso. Cuando llegaron los mongoles pusieron a salvo su rica colección de manuscritos en cuevas escondidas en la montaña. De momento solo se han encontrado tres de ellas. Con el tiempo, los depósitos, huecos en forma de tinajas excavados en el suelo, de la oscura y fría biblioteca, construidos para preservar el delicado pergamino, fueron convertidos en almacén de comida. Los monjes estudiaban medicina, astronomía, música y literatura, además de dedicarse al copiado y cuidado de los manuscritos. Haghpat es patrimonio de la UNESCO.
La despedida la hacemos en el restaurante de una granja de montaña en Gayane, cerca del Monasterio del Signo, Haghpath, con maravillosas vistas sobre un altiplano cultivado en las alturas y los picos del sur caucásico. El trámite del paso de frontera, tras un par de horas de somnolencia que me impiden despedirme de la muy profesional guía, Rozana, es veloz. Todas las funcionarias georgianas son mujeres, bellas mujeres.
1 comentario:
Muchas gracias por tus comentarios. Un gran recuerdo! 👍😘
Publicar un comentario