domingo, 3 de julio de 2022

De San Salvador a Pesaguero

El Campo


Comienzo a caminar a las 8, adentrándome en los territorios del oso pardo. Después de lo que me contaron anoche debería ir con cuidado. Uno de los que llevan el restaurante La Taba contó de tres casos: un vecino al salir de casa topó con él, otro al que el perro se le encabritó y un tercero imprudente que se puso a fotografiar al oso en su guarida. Por cierto, magnífico el hospedaje y la comida en La Taba, y los hospederos. Muy recomendable.

He dudado entre la ruta marcada y la alternativa que me ahorraba unos kilómetros pero en esa zona la niebla era tan densa y el camino sin marcar que he tomado la tradicional. Ha vuelto el sol. La mañana, tan temprano, es espléndida, acompañado por un concierto de pájaros.

Lores, la iglesia en un alto y al otro lado un par de mastines ladrando sin parar. De Lores s Casavegas una pindia subida y otra igualmente pindia bajada por un bosque de hayas y otro de robles.

Picos de Europa 

En Camasobres había una casa rural, por cierto muy bonita, muy bien cuidada, pero cara para quedarse, y además queda mal en el camino para distribuir correctamente los kilómetros. Me tomo un café al llegar, aunque la mesonera me dice que no estaba abierto, pero me lo sirve. Le acampaña un chico joven; están lavando la cubertería del desayuno. Cuando acaban el chico le acompaña como perro faldero a todos los sitios. Mientras me tomo el café hago correr mi fantasía a propósito de la mujer guapa y el chico inocente. Una novela.

Peñalabra 

La etapa es un sube y baja rompe piernas. 900 de desnivel acumulado. Desde el mirador de Piedrasluengas se divisa parte de la montaña Palentina y de los Picos de Europa. Una pareja de maduros holandeses, que han llegado en bici, me cuentan las maravillas de lo que están viendo. El día es tan espectacular como las vistas. No hay nubes, el calor no agobia. La bajada hasta Pesaguero es larga, demasiado, sobre todo los últimos cinco kilómetros desde Cueva que ha de hacerse por carretera porque el sendero se ha perdido. Cantabria no cuida a los turistas ni a los peregrinos, solo a los negocios, la masa de votantes del atrabiliario Revilla, no sé si habrá una región más conservadora en España, tan tradicionalista.

Me quedo a dormir en Pesaguero, en una casa rural, con las comodidades de una pensión barata y sin embargo bastante cara. Igualmente sucede con la comida. ¿Cómo va a ver peregrinos en este camino?

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