miércoles, 6 de julio de 2022

De Cicera a Serdio

 

Santa Juliana de Lafuente, romanica


Hoy me he zampado 35 km, desde Cicera a Serdio, ya cerca de la costa. Aunque la etapa es considerablemente más larga que la de ayer sin embargo la dureza ha sido bastante menor. Aún así me da 780 de ganancia de altitud, pero ha sido en tramos breves, repartidos por toda la ruta. He tomado un café recalentado que me prepararon los amigos de Otto y he hecho el tramo de subida más largo nada más salir de Cicera. Después, unos 10 km de asfalto, lo peor sin duda para los pies. Poco después de salir de Cades, que para muchos es principio o fin de etapa, cuando el albergue está abierto, cosa que hoy no, comienza la conocida Senda Fluvial del Nansa. Tiene dos tramos hasta acabar en Muñorrodero, con un total de unos diez kilómetros. El primero con subidas y bajadas pegado casi al agua del río, el segundo con una senda amplia y muy fácil para la gente que le gusta pasear sin más. Relajante. Ha sido la tranquilidad del paseo, el sonido del agua y el día nublado y con buena temperatura lo que ha hecho que los treinta y cinco kilómetros no me pareciesen tantos.

Senda del Nansa 


Desde el área recreativa, donde comienza la senda, y donde he comido lo que me quedaba de mis escasas provisiones y echado una cabezada, hasta Serdio, donde he encontrado alojamiento, todavía quedaban cinco kilómetros de subida, aunque la señora que lleva los apartamentos donde voy a dormir me ha dicho, sorprendentemente, que me quedaba un cuarto de hora. Quizá me lo ha dicho para que no me desanimarse y buscase alojamiento en otro sitio. A lo largo de la ruta me he encontrado mucha gente, algunos peregrinos y otros no. He pegado la hebra con la mayoría, intercambiando información: un chico joven que iba muy rápido y con pocas ganas de hablar, una pareja de hermanos que ayer durmieron en el porche de la escuela de Cades, bajo la tormenta, un hombre de mediana edad y una chica joven que no sabían que no iban a encontrar nada para comer a lo largo del camino, tres mujeres con pinta de Bilbao que hacían un tramo al final del cual las recogían en coche, un irlandés que se ha desviado del camino del Norte, en San Vicente, para llegar a Santo Toribio, al que también recogen al final de cada etapa en coche, algo agobiado porque no sabía si iba a llegar a tiempo a Cades. Un par de parejas, en las que la chica se mostraba muy amable y el chico ni saludaba. Y un grupo amplio de gente mayor que hacía el primer tramo de la senda con mucha charla y muy relajados.

Una cerda que he confundido con un jabalí 


El único lugar abierto para tomar algo es la Casona del Nansa, que está pegada a Cades. También se puede dormir, aunque es caro.

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