lunes, 21 de febrero de 2022

Gomorra 5

 



Personajes rudos, sin matices, una balacera después de otra, las paredes salpicadas, el suelo perdido, sin transiciones, un mundo de hombres encabronados, madres e hijas las mujeres, salvo alguna excepción, para darle color al cuadro, barrios descascarillados, edificios desporticados, interiores cutres, vidas sonámbulas, sin explicación, sin una pizca de humor, ironía o sarcasmo, así escena tras escena, en secuencias indiferenciadas, un capítulo detrás de otro hasta llegar a diez, escribe un libro, crea una atmósfera, obtén buenas críticas y ponte a dormir, podría decirse de Gomorra. 

Hace tiempo que esta serie, que comenzó bien, perdió el oremus, pero conservó a sus espectadores zombies, que es lo que toda serie anhela, mirones atrapados en la insustancialidad, los suficientes como para que la caja siga sonando. Se cumple la ley de la falta de sustancia a la que todo esfuerzo humano tiende, agotado el impulso inicial.


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