“Si encontráramos mecanismos para desmoralizar las cuestiones que nos enfrentan, las probabilidades de mejorar la convivencia aumentarían en gran medida. Si hemos desmoralizado el tema de la homosexualidad, por ejemplo, podemos tal vez hacer lo mismo con otras cuestiones”.
“ las personas más radicales tanto de derechas como de izquierdas son diferentes a las moderados, es decir, no es que sean más de derechas o más de izquierdas, sino que son más radicales. No sería un problema de grado o de cantidad sino que cuantitativamente son diferentes. Es decir, habría personas con predisposición a tomarse todo de una manera más fanática y radical (¿los verdaderos creyentes de Eric Hoffer?). Y es muy probable que estas personas tengan una influencia desproporcionada en los grupos y que los radicalicen. Este es un campo que requiere una investigación más a fondo”.
“Creo que sí hay ideologías que nos predisponen a la violencia y serían aquellas que nos dividen en Ellos y Nosotros. Estas ideologías incluyen el germen para el enfrentamiento y la violencia. Pero también creo que es verdad –como decía antes– que las personas con mayor predisposición a la violencia van a sentirse más atraídas por ellas y las personas menos propensas van a mantenerse probablemente más al margen”.
“El grupo es más importante que la verdad. Como dice John Tooby, es desastroso formar coaliciones alrededor de cuestiones científicas porque enfrentaríamos el instinto de buscar la verdad de los científicos con su instinto insuperable de ser un buen miembro de la coalición. Cuando un tema científico se moraliza, el proceso científico queda herido de muerte. Es muy, muy difícil que alguien ponga la verdad científica por encima de los intereses del grupo”
“Pero la ciencia trabaja con el código verdadero/falso y no con el malo/bueno. La ciencia debe buscar la verdad, la realidad del mundo. Si ponemos la moral por encima de la verdad, claro que vamos a eliminar líneas de investigación que nos pueden llevar a conocimientos que mejoren la vida de todos los humanos”.
“Hay un riesgo siempre que combatimos el fanatismo de caer en el fanatismo nosotros mismos. La apuesta que hace el fanatismo es tan fuerte que para ir contra él hay que hacer una apuesta igual o mayor. Ahora está pasando con el wokismo, que es un iliberalismo de izquierdas y que está dando lugar a un anti-wokismo de derechas tan iliberal como el wokismo. Es muy difícil combatir el fanatismo con escepticismo y con humildad epistémica pero no queda otra: todos podemos estar equivocados. Creer que tenemos la verdad es religión”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario