1. Las familias catalanas con lengua familiar en catalán tienen una gran ventaja educativa con respecto a quienes no la tienen de partida porque han llegado desde otros sitios o porque no viven en barrios donde el catalán es mayoritario. No olvidemos que más del 52% de las familias declaran que el castellano es su lengua. Si añadimos la desigualdad económica y la desigualdad en el acceso laboral a través de relaciones sociales hablamos de una situación de gran desigualdad.
2. En el País Vasco sucede algo parecido. A ello hay que añadir el diferencial de gasto de las administraciones públicas entre un ciudadano vasco y cualquier otro ciudadano de cualquier otra comunidad.
3. La actual coalición del gobierno se asienta firmemente en partidos políticos que defienden una situación de privilegio en Cataluña y el País Vasco.
4. El PSOE y su líder han preferido, cuando tenían otras posibilidades, muchas, armar una coalición estable con quiénes defienden el privilegio frente a la igualdad.
5. Una de las razones que dan para formar la coalición con Bildu y con ERC es que de ese modo ‘se integra’ a los díscolos en la gobernanza del país. Qué sucede, entonces, con todos aquellos que no han votado esas opciones y que son la mayoría de los ciudadanos, ¿no tienen derecho a tener un gobierno propio, a ser atendidos, a que se cuente con ellos?
6. Otra de las palabras de las que se ha abusado en estos años es la de ‘discriminación’. Discriminación por lengua, género o identidad. ¿Qué pasa cuando se discrimina a la mayoría del país, a los humildes, a los pobres, a los que no tienen peso político, a los que no se atiende en su lengua?
7. Discriminar de ese modo a la mayoría de la población es desatender al capital humano del país, niños y jóvenes que no podrán desarrollar su potencial, condenar a la pobreza relativa a muchas familias. De ese modo se desarbola la creación de riqueza del país. Por mantener el privilegio de una parte se condena al resto.
8. Cuánto me gustaría que en este país se atendiese a la gente, a la mayoría de la gente, que hubiese una gran coalición que los defendiese, líderes que se avergonzasen de que otra vez las calles se llenen de pedigüeños, de mujeres y hombres en las filas del hambre, de gente escarbando en contenedores, de gente que se busca la vida de mala manera porque no hay quien les atienda, pero en vez de tener líderes que se avergüencen de la pobreza y de la humillación lo que tenemos son ciudadanos que se avergüenzan de tener los líderes que tenemos.
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