Lectura en común

1. Un buen libro es aquel que espera impaciente a que lo abramos para iniciar una conversación.

2. Si un libro nos parece abstruso o difícil de entender no debemos desecharlo a la primera, hagamos zapa aquí y allá, avanzando o retrocediendo, leyendo un párrafo u otro. Es probable que encontremos algo que nos llame la atención.

3. El libro aún tiene interés si nos irrita hasta el punto de cerrarlo con indignación. Incluso los libros criminales son útiles para comprender ‘las razones’ del mal.

4. Puede que compartamos algunas cosas, que le corrijamos otras y que aceptemos lo que nos parecía inaceptable, tras la discusión, y puede que lo rechacemos de pe a pa después de oponerle mejores argumentos que los suyos.

5. No dirá nada bueno de un libro y puede que tampoco de nosotros si al acabar de leerlo nos decimos: 'Estoy al ciento por ciento de acuerdo con él'.

6. Un buen libro es aquel que al final modifica, aunque sea ligeramente, nuestro modo de ver las cosas porque vamos comprendiendo en el curso de la lectura que lo que nos parecía inaceptable puede ser razonable y porque admitamos que ese cambio puede hacernos más sabios o mejores personas o ambas cosas. Al menos, si estamos en total desacuerdo, nos habrá servido para conocer y respetar las razones del otro, o ¿no se sustenta en el respeto mutuo la frágil armadura de la vida en común que llamamos democracia?

7. La lectura compartida es una de las pocas cosas que nos quedan para escapar al juego maniqueo de la mentalidad tribal en que se ha convertido la vida pública.