lunes, 16 de noviembre de 2020

Contra el emotivismo

 

10 citas de La imaginación conservadora, de Gregorio Luri, 


1. Se ha dicho que el siglo XIX fue el siglo de la libertad económica y el XX de la libertad política, ¿será el XXI el de la libertad moral?


2. "El análisis constante del comportamiento tiende a socavar no solo el prejuicio en el ámbito moral, sino el hábito moral mismo, y la reflexión moral puede llegar al punto de inhibir la sensibilidad moral". (Michael Oakeshott).


3. La avalancha de innovaciones tecnológicas ha permitido en la conciencia de los ciudadanos que el sentido de lo posible vaya creciendo a costa de sentido de lo real. Tendemos a creer que somos libres para dotarnos de lo que se nos antoje y a eso lo llamamos autonomía.


4. El resultado es el alma frustrada, herida de desconfianza hacia sí misma por su manera de gestionar su libertad, que necesita buscar compensaciones que calmen sus decepciones.


5. La libertad moral no es la figura de nuestro tiempo sino la teatrocracia: la omnipresencia de la mirada crítica. El emotivismo dominante no es más que la expresión de nuestra incapacidad para hacernos cargo con coraje de la figura de nosotros mismos que contemplamos en nuestro teatro interior.


6. La corrección política es un desmentido objetivo de las pretensiones heterodoxas de los apóstoles de la autonomía: filtra la libertad de expresión permitida colocando el sambenito de '-fobia' a toda disidencia como si ser disidente fuera equivalente a padecer algún trastorno psicológico.


7. Es políticamente correcto asegurar que el islamismo radical es cosa de cuatro fanáticos que no tienen nada que ver con el islam, que es una religión de paz y amor. Es lo que desearíamos, pero es dudoso que sea verdadero si tenemos en cuenta la pena de muerte que el islam reserva para los apostatas, que es un mandato absolutamente incompatible con los valores occidentales.


8. Es políticamente correcto decir que la inmigración es una oportunidad para España, no un problema, cuando nada impide que sea ambas cosas al mismo tiempo.


9. El lenguaje políticamente correcto es, en resumen, un proyecto de edulcorar las palabras para evitar que la realidad resulte amarga. Es otro intento político de ponerle límites a la naturaleza de acuerdo con nuestros principios, olvidándonos de que ella siempre vuelve.


11. Si uno se presenta verosímilmente como víctima ganará inmediatamente la complicidad de los mirones. El adicto, el alcohólico, el obeso o el mal hijo, todos prefieren presentarse como víctima y no como agentes libres. En la cultura de la emotividad pública nadie se siente muy cómodo atribuyéndose responsabilidades.


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