viernes, 13 de noviembre de 2020

Antidisturbios

 


Ahora comprendo, después de haber visto los cinco capítulos de que consta esta serie (Movistar), los elogios de los comentaristas de series habituales: se acerca a la fórmula, a sus expectativas de críticos de series. La fórmula de las series de acción americanas. A la acción se sacrifica todo lo demás: un suceso que golpee el corazón del seriéfilo (la muerte de un subsahariano en un desalojo en el que participa un comando antidisturbios); un grupo de hombres con vida caricaturizada y que no gozan de popularidad; una policía incorruptible o casi que se empeña contra todos en esclarecer los hechos, saltándose las barreras que levantan ‘las cloacas’: policía, concejales, empresarios sin escrúpulos y jueces venales. Obsérvense las dualidades que se van planteando. Dicho de otro modo el populismo ha llegado a las series españolas.


Los creadores, como digo, lo sacrifican todo a la fórmula. Una mujer incorruptible contra casi todos los hombres. El comando de los antidisturbios a los que, uno por uno, se va dibujando con unas pocas pinceladas, casi todas negativas. Deshechos humanos que si están ahí es porque nadie les daría otro trabajo: machistas, violentos, misóginos, depresivos, débiles, drogatas. No me extraña que algunos de la vida real se hayan sentido representados y heridos. Las instituciones del Estado invadidas por la corrupción. Y para comenzar y acabar una patera que llega a la costa con subsaharianos a los que se ve desembarcando en una playa, escena que enlace con el comienzo: la muerte en una corrala madrileña de uno de ellos que cae desde un primer piso y se mata. Por cierto ese suceso no se esclarece, no se entra en el detalle de cómo ocurrió.


Si los comentaristas la elogian es porque su modo de ver está conformado por la visión de las series americanas. También por la presión política y mediática ambiente generada en España. Esos son los dos defectos, en efecto, mortales de esta serie. Hay otro modo de ver las cosas más creativo y más veraz. Si quieren denunciar la corrupción española lo honrado hubiese sido hacer un buen documental al estilo de los que hace Netflix o HBO, como Manhunt: Unabomber, pongo por caso. Si quieren hacer una buena serie de ficción tienen muchos modelos. Unos pocos ejemplos: la israelí Shtisel, Night Off o casi todas las series británicas. Hay mucho terreno por explorar.


Por qué es populista, porque a los guionistas les vale con aludir o mover los tópicos sobre bondad y maldad, integridad y corrupción, machismo y feminismo sin explicar nada, sin ahondar en las circunstancias, sin explicar la vida real.



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