viernes, 10 de abril de 2020

La desgraciada era del populismo


Si algo deberíamos aprender de esta crisis es que los gobiernos populistas no nos salvarán. Hemos visto el tiempo transcurrido mientras el virus crecía de modo exponencial. Uno tras otro los gobiernos creyeron e hicieron ver que donde ellos gobernaban no llegaría, que en los países afectados el desastre se debía a la ignorancia e incompetencia de sus gobernantes, pero que ellos estaban a salvo por su superioridad.

Si de algo deberíamos desconfiar es de su aparato de propaganda. Un gobierno populista solo controla y engrasa una cosa, su ramificado aparato de propaganda: periódicos, televisiones, redes digitales, bots, asesores o tecnólogos políticos, observatorios, redes sociales. Sucesivamente hicieron creer que el virus no era peor que una gripe, que lo de Wuhan era una risa, que Italia es un desastre, que con unas pocas medidas era suficiente, que el confinamiento incondicional era necesario, que Johnson, Bolsonaro y Trump tal y tal, que nosotros fuimos los más diligentes y los que tomamos las mejores medidas, que los críticos son unos irresponsables a quienes no importa la salud de la gente, que hay unos culpables definidos: la UE, la oposición que no colabora, la población que se salta las normas.

Si algo debería ser evidente es que los populistas no están preparados para la gestión. Absorbidos por la propaganda y la agitación contra los enemigos que se crean en cada ocasión gastan energías y dinero en políticas de escaparate, despreciando lo que no se ve, la gestión del futuro: analizar y prevenir, recopilar datos y proyectar, imaginar o simular el futuro.

Hay algo desolador en el presente. La incapacidad para la reacción inmediata, la falta de agilidad, la tardanza en afrontar con coraje y tomar medidas. El aparato del Estado está lastrado por la política de propaganda y escaparate, desdeñando la previsión y la adaptación al problema del día. Y es desolador porque aportando todos los recursos disponibles, echando mano de una enorme deuda que afectará a las generaciones futuras ha sido ineficiente, incapaz de minimizar los daños.

Esta es una crisis pasajera a la que suponemos un fin. Pero tenemos graves asuntos pendientes sobre los que el populismo nos ha reconvenido más que advertido que ahora vemos solo eran propaganda. El envejecimiento de la población es uno, el cambio climático es otro. A ellos se podrían añadir las migraciones y la pérdida de empleos que conllevará la robotizacion. Y vemos que son temas de combate político, de propaganda, no vistos como reales, porque los gobiernos populistas no habían hecho nada para afrontarlos cuando aparezcan con la urgencia e inmediatez que ha aparecido el virus: no había fondos de previsión para la vejez y el paro masivo. No había ni un mínimo plan de contingencia para cuando la crisis climática aparezca en forma de episodio estrangulador. Estamos desamparados por la falta de aquello que se debe exigir a los gobiernos: previsión. Tenemos razones para estar asustados.

Pero eso ya lo sabíamos. O ¿no? El asunto es si la democracia tal como la conocemos es el mejor sistema para organizar la vida política, si la experiencia acumulada en torno al populismo será suficiente para desalojarlo del poder y vacunarnos contra él.

Planto.



4 comentarios:

fern dijo...

Debo decirle que desde Logroño le leo cada día y que suelo estar de acuerdo con usted. Me sirven de mucho sus textos. Me sorprendebcuando escribe exactamente lo mismo que yo había pensado este o aquel día. Uno está menos solo con sus ideas.
Gracias.

Toni Santillán dijo...

Siempre es grato coincidir con alguien, saber que uno no piensa en el vacío. Gracias.

Delasunto dijo...

No, no coincide usted con alguno, me da la impresión que coincide con muchos pero la estrategia consiste en que el que manifieste su descuerdo, sea tildado de insolidario, advenedizo o simplemente facha, una técnica muy depurada para defender la 'nada' que es lo que ofrecen estos gobiernos, es decir son buenos definiendo los errores de los demás pero auténticos incapaces de solucionarlos y bastante efectivos creando otros.
Felicidaes por el blog.

Toni Santillán dijo...

Gracias por su comentario