lunes, 13 de enero de 2020
El ministre cofoi
Carta a un amigo.
Perdona I. que vuelva sobre el mismo tema. Fue tal mi desasosiego que no he conseguido olvidar que me escribieses asegurando en la pasada campaña que votar PP o CS era traer Serbia a Cataluña. He creído hasta ahora que fue una debilidad tuya pasajera que no se correspondía con el hombre racional y sereno que conocía pero viendo lo que ha sucedido estás semanas, y aún sucede, temo que es una afección generalizada que ha arraigado en la mente de alguno de los mejores. Lo que definitivamente confirma mis temores son las respuestas que da en el canal autonómico el recién nombrado ministro de universidades, un Castells nacido en Hellín y famoso en el mundo por un tratado sociológico sobre la era de la información. Viene a sostener en la entrevista lo mismo que tú, y aún va más allá pues extiende el descrédito a la justicia siendo como es ya ministro, cosa que no te he visto promover a ti, por el momento. Si aún no lo has oído, te envío el enlace.
Supongo que ambos, como tantos, bebéis de las mismas fuentes que propalan disparates bajo disfraz de información, el sistema Roures. En su descargo habría que decir que si ponen al cargo de este hombre Universidades pero no Ciencia, hasta ahora unidas, es porque reconocen en el envite que ambas desde hace un tiempo han tomado caminos separados, al menos en el ámbito catalán donde se ha movido el hellinero indepe. Más, su manera trivial de entender la política no puede estar desconectada de su manera de entender la sociedad.
La foto hace el comentario superfluo, las alas de la fama le despegan del suelo, o es que no lo ves, los corifeos no habrán leído La era de la información, pero ¿hacía falta? Han pasado los años y su nombre ha decaído, allí donde los nombres se elevan y caen, es ley que la política siempre llegue tarde, sus edificios son de arena y su fama más efímera, pronto las alas rotas, pisoteadas en el barro. No puedo dejar de conectar con ese coro, con el modo en que en él se representa, su afirmación sobre la justicia, su desprecio hacia quién no piensan como él, y su exposición sobre la sociedad de la información. Y los periodistas (¿todavía se siguen llamando así?), en la presentación, riendo, cayéndole en gracia el cofoisme. El comentarismo deportivo en pleno se ha pasado al análisis (que risa tía Felisa) político.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario