Mientras
veía el Open Arms en la tele, lleno de inmigrantes, el de Médicos
Sin Fronteras, lleno, ese viejo pesquero readaptado listo para el
rescate, financiado por el gobierno vasco, me preguntaba: qué sucede
en esa zona del Mediterráneo central mientras no hay barcos allí,
¿siguen los naufragios? ¿se ahogan los que tienen Europa a la vista
al mismo ritmo, con una frecuencia regular o solo salen sus frágiles
embarcaciones cuando avizoran barcos de las ONG de rescate? Me
gustaría saberlo, pero carezco de esa información. Si fuese así,
si los naufragios son recurrentes, diarios, independientes de la
presencia de los rescatadores, el periodismo, las grandes cadenas y
medios, debería estar allí, contando lo que pasa, porque el gran
escándalo no está en los vivos del Open Arms sino en los muertos.
Siempre es la muerte el escándalo, no el rescatado o el salvado de
las aguas. Es repugnante el plató que han montado en ese barco, con
conexiones al minuto, cámaras, llamadas, interpelaciones al
Presidente del Gobierno, se diría que planificado como una serie
(con guionistas, actores famosos, personajes nuevos, dibujantes,
artistas, giros de guión de última hora), exprimiendo como un zumo
las emociones de la gente en radio, prensa, tv y redes, sin una
mínima reflexión sobre el trabajo callado que, supongo están
haciendo, los funcionarios de Bruselas o los de los gobiernos
europeos. Estos no forman parte de estados totalitarios, tienen el
problema delante y saben que lo tienen que resolver del mejor modo
posible, (nos va la vida en ello, la vida moral, nuestra existencia
como sociedad), no el caso concreto del Open Arms sino el de la
inmigración toda que llega por el Mediterráneo, pero son urgidos
por la Dictadura Sentimental que gobierna los medios, de la obtienen
sus beneficios a cuenta del entretenimiento de una población
necesitada de emociones. Pero no hay pausa, tiempo para la reflexión,
el share depende de las emociones agitadas, de la indignación, del
cabreo contra los gobiernos por no hacer (no intervenir) o por hacer
(intervenir) .
Esta
mañana leía este
artículo. Esta tarde Google, conocedor de mis preocupaciones me
ha enviado este
otro (Si alguien piensa en información ideológica que lea
esto).
No puedo resistir la comparación.
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