Sin
duda esta es una de las grandes del curso pasado. Lo tenía todo para
convertirse en un gran éxito, pero no sé si lo ha sido, no sé cómo
se miden los índices de audiencia de las series, cómo lo miden las
productoras y los canales que las emiten. Tiene aventura, en 1847,
dos navíos de una expedición de la Marina Real Británica en busca
del Paso del Noroeste encallan en el hielo; un paisaje exótico en
medio de la noche ártica; un poco de terror, una criatura a la que
los esquimales adoran siembra la muerte entre los expedicionarios
cuando aparece; los problemas de alimentación, de convivencia
prolongada en espacios cerrados, en los barcos, o sitiados, sobre el
océano helado, el frío y una gama de personajes que representan
caracteres propios de las historias de género: el valiente y el
cobarde, el fiel y el traidor, el místico y el materialista, el
pomposo aristócrata y el humilde profesional, el que piensa en su
supervivencia egoísta y el que se sacrifica por los demás y un
amplio abanico de personalidades intermedias. Sometidos a situaciones
límites no solo vemos el carácter que el destino imprime en los
individuos, vemos su evolución, de la nada indiferenciada al
heroísmo o la abyección. Es una serie de actores, en la que cada
uno tiene momentos para brillar. La peripecia, el clima, los
estallidos de terror, un terror más abstracto que lo que suele ser
habitual en las series convencionales del género, están al servicio
de la progresión dramática de los actores. Y además sirve para
tener idea de cómo pudo desenvolverse la vida en aquellas famosas
expediciones al Ártico y al Polo Norte. Me ha tenido atrapado unos
cuantos días. 10 episodios.
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