martes, 26 de febrero de 2019

Cine de mujeres



Últimamente sólo veo películas de mujeres y son mejores que las demás. La mujer como tema está en el aire, la industria las empodera para su propio beneficio, claro está, y les concede un papel histórico que quizá no tuvieron, pero está bien verlas fuera del corsé, liberadas antes del tiempo presente.

Carmen y Lola, por ejemplo. La veo con retraso pero me llega. Un amor adolescente entre gitanas. Tratado con gracia, sin entretenerse en los tópicos, sin cargar las tintas en el mundo cerrado y prejuiciado de los gitanos. De una simplicidad arrebatadora, podría decirse. Esa es su gracia, la estética de la humildad y un realismo de barrio pobre, que debemos a la directora novel Arantxa Echevarría. Entretenida, amable, a ratos luminosa, en comparación con otras españolas de este año de gran fama pero que me han resultado peor que aburridas: El reino, Campeones.

Viaje al cuarto de una madre. Otra peli española dirigida e interpretada por mujeres, sin grandes pretensiones, pero bien hecha y bien interpretada. Una madre y una joven hija que viven en un pueblo e intentan salir adelante pero atendiendo a sus necesidades afectivas.


María, reina de Escocia. Película muy entretenida y con menos empaque que La Favorita, aunque otra vez las mujeres en primer plano opacando a los hombres, aunque estos en la realidad histórica se tomarían cumplida venganza por salirse de los roles establecidos. No es que ayude a entender esa parte de la historia, en el filo del XVI al XVII, Gran Bretaña antes de la Unión entre Escocia e Inglaterra. No importa mucho la trama, las batallas, las disputas políticas, lo que seduce de la película es Saoirse Ronan (María de Escocia), imanta la pantalla, también Margot Robbie (Isabel I) actúa bien, pero no es lo mismo. Da gusto verla. Contribuye la exquisitez técnica, el vestuario, la peluquería, un derroche de artificio, los interiores oscuros, la teatralización de la directora, Josie Rourke. Quizá, como en Carmen y Lola, lo que vemos no se atenga a los hechos, no sea fiel a la estricta realidad, como es propio en el cine comercial, pero es agradable ver esas peleas, ese carácter, el drama condensado en unos pocos parlamentos, la libertad ganada para mostrar a los personajes masculinos y femeninos con sus tendencias y tentaciones al descubierto, aunque habría que decir, que es una libertad de ahora proyectada hacia atrás, hablando de un tiempo del que sabemos poco.

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