miércoles, 27 de febrero de 2019

Chicago, de David Mamet



         David Mamet es conocido por obras teatrales como Glengarry Glen Ross u Oleanna, como guionista y director de cine, La trama o Spartan, como novelista, cuyo mayor éxito fue L. A. confidencial, por su endiablada inteligencia para urdir electrizantes diálogos y, en los últimos años, por sus provocadoras opiniones conservadoras. También ha publicado libros de ensayos. Su último trabajo es Chicago, un noir en toda regla. El lector se sitúa rápidamente en los años 20, la mafia de Al Capone en el sur de la ciudad y los gangs irlandeses de Dean O’Banion en el norte. La ley seca, los clubs nocturnos, blancos, negros, contrabando, corrupción. Mike Hodge es un joven veterano de la guerra recién concluida, un periodista de la sección local del Chicago Tribune que tiene la mala suerte de enamorarse de una florista irlandesa del The Beautiful, la mejor floristería de la ciudad. Suceden muertes y entre ellas la de su novia. Cree que por su culpa, por haber seducido a una irlandesa católica. 

          La novela se divide en tres partes. La ambientación inicial llena de rápidas descripciones y detalles de época y de diálogos con réplicas veloces de Mike con su amigo del Tribune Parlow y con la madame de un burdel, Peekaboo. Parecen un excusa para que Mamet luzca su acreditado ingenio en páginas que se leen velozmente, aunque a menudo haya que volver hacia atrás para tratar de entender de qué está hablando, no sé si por la confusión del traductor, del Mamet de más de setenta años (Chicago, 1947) o de mí mismo. Tras la muerte de su amada Annie Walsh, en la sección central de la novela, Mike se sumirá en la noche oscura del whisky. Mamet no es dado a las sensiblería, así que reduce esta parte a unas pocas páginas. En la tercera parte, aunque no cesen los diálogos, la acción, trepidante como corresponde, tomará el relevo. Mike sigue las pistas, se adentrará en los peligrosos círculos de la mafia y de los gánsteres y resolverá el asunto como solían hacerlo aquellos detectives valerosos de las películas que todos recordamos. Entretenida, chispeante, aunque hay que tener paciencia.


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