sábado, 21 de julio de 2018

El arcángel Gabriel viene a visitarme



               "Aunque todos los seres humanos son sabios en potencia, en realidad eso sucede raras veces. Casi todos los seres humanos existen en un estado lamentable".(Confucio)
              Esta crónica en El País me ayudó a ver cómo mucha gente, no sólo fuera de España sino aquí mismo, aprende a ver las cosas del asunto catalán, y de otros asuntos. John Carlin se hizo famoso con su libro sobre Mandela, Invictus, que contribuyó a que el apartheid sudafricano se viese de una determinada manera, lo mitificó. En dicho artículo bastaron unas palabras, tres, en una cena para que ‘comprendiese’ cuál era la verdad del asunto catalán.
Oigo estas tres palabras [Falta de respeto] casi siempre que hablo con amigos catalanes, incluso con aquellos que verían la independencia como una calamidad. Hasta las oí hace un par de meses en una cena en Bangladesh. Había un catalán y una catalana en la mesa. La catalana había vivido toda su vida adulta en el extranjero. Ambos dijeron que se habían convertido recientemente al independentismo. ¿Por qué? les pregunté. Respondieron al unísono: “falta de respeto”.

         Ahí se le anunció Gabriel. Eso le bastó para entender del asunto y tomar posición. ¿Para qué hacer un trabajo de campo, recorrer Cataluña, sus variadas comarcas, los barrios de Barcelona, el área metropolitana, preguntar a este y aquel y fiarse de los datos y de la propia experiencia? ¿Es así como trabajan los intelectuales? Inficcionarse (sustituir la realidad por la ficción) es lo que suelen hacer los perezosos y los fanáticos. La inteligencia es un mecanismo de adaptación, la sabiduría es el resultado de pasar ese proceso por el cedazo de la moral. Intelectuales hay muchos, honestos, ¿cuántos? Comprender un asunto complejo requiere paciencia, trabajo, independencia, experiencia. Esta táctica, la del vídeo, aproximarse con zalamerías y halagos a los intelectuales, la han utilizado ad nauseam los agitprop del independentismo. Cuando los argumentos y la experiencia no son propicios, emoción para las masas y principio de autoridad para los perezosos. Qué sabe Chomsky del asunto catalán, su ‘autoridad’ no viene de sus estudios sobre Cataluña, pero el nombre 'Chomsky' le suena a todo el mundo. Es un claro ejemplo de deshonestidad intelectual. Vicio que está en las alforjas de los indepes, ¿también en gente como Chomsky y Martín Caparrós? Está claro en el caso de John Carlin, porque si uno repasa sus escritos ve cómo la emoción, la simplificación y la banalidad son los motores de validación de lo que dice. Lo mismo podría decirse de los escritos políticos de Chomsky.

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