martes, 19 de junio de 2018

8. Salamanca – Zamora



             El ibuprofeno está haciendo efecto y aunque dolorido puedo continuar hasta Zamora. La salida a primera hora de la ciudad, hacia las siete y media, es agradable. Las calles están desiertas y regadas y el aire fresco. Frente al Helmántico, desayunamos. La etapa es casi de descanso por las largas rectas, salvo por algunas zonas de surcos endurecidos alternadas con otras arenosas en las que hay que estar alerta para no caerse de la bici. Por un motivo u otro, a lo largo del camino, un zanja invisible, un banco de arena, una piedra en medio de la pista, los tres nos hemos caído, y más de una vez. Nos hemos hecho daño, pero las lesiones no nos han impedido continuar. Entre Calzada de Valdunciel y El Cubo de la Tierra del Vino tenemos que rodar durante 15 km por la pista que discurre paralela a la autovía. Entramos en la provincia de Zamora por la Comarca de la Tierra del Vino. Es ahí donde encontramos los duros surcos y los bancos de arena que nos hacen en alguna ocasión bajarnos de la bici. Repostamos en Villanueva de Campeán, donde mientras Ani vuelve a trastear con las alforjas, Ramón habla con uno de los muchos conocidos que tiene en la provincia y dos andariegos que parecen estar cansados preguntan por un autobús que les pueda llevar directamente a Zamora. En la zona cercana al feo monumento alzado para glorificar al camino, pasamos por tramos de sendero compartido con un numeroso grupo de peregrinos franceses con leves mochilas que habrán bajado de un autobús para hacer unos pocos kms. Son grupos conducidos por un sacerdote que se suelen encontrar en el camino. Nos abre el albergue un hospitalero canadiense que tiene muchas ganas de hablar.


             Ramón nos invita a comer en su casa. Su mujer nos ha preparado un rico cocido. Junto al cocido dos botellas del vino de la tierra. No hay mucho tiempo para visitar las siete -once dice Ramón- iglesias románicas de la ciudad. Por la tarde el hospitalero se revela como quebequés. A la conversación se une un suizo greñudo y otros caminante españoles. Surge la cuestión de Cataluña. El suizo y el quebequés creen que la cosa va de libertad. Este desconoce la Ley de Claridad de la Corte Suprema de Canadá. El debate es vivo pero es difícil ponerse de acuerdo sobre lo que sea ‘democracia’ y ‘legalidad’. Además nada saben sobre la situación socioeconómica de Cataluña. 72,16 km.


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