"En
el campo japonés, el edificio más alto y más ostentoso siempre es
un salón de pachinko. Sentarse frente a una máquina de pachinko es
la versión moderna de la meditación. La disposición circular de
las clavijas de dentro de la máquina es la versión actual del
mandala y el antiguo modelo de los pensamientos que fluían de las
circunferencias
del mandala hacia su centro se ha convertido en el flujo de bolitas
que caen de arriba abajo por la máquina. El abrumador arraigo del
pachinko no es exagerado; en algunos distritos rurales
representa el veinte por ciento de la renta disponible de una
familia. El El pachinko es la industria más potente del país,
superando a la automovilística y a la informática, y, según
ciertos cálculos, el hombre más rico de Japón es aquel cuya
empresa produce más máquinas. El pachinko ha desarrollado su
propio estilo, que consiste en salas de colores chillones decoradas
con objetos cromados y neones, y gigantescas estatuas de plástico de
animales o deidades de la buena suerte. Se ha convertido en el
entretenimiento preferido de los japoneses; lo encuentras por todas
partes, desde restaurantes y bares a los decorados de los programas
de televisión más populares. Influye en la arquitectuva y ha
inspirado muchos ostentosos vestíbulos de hotel. La Torre Kioto es
muy del estilo del pachinko".
(Alex Kerr, Japón perdido)
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