martes, 3 de octubre de 2017

12. Merv



           Merv, el antiguo oasis de la ruta de la seda, en el límite del Karakum, fue un lugar codiciado por los viejos imperios, hasta cinco ciudades yacen bajo sus extensísimas ruinas, entre ellas la Alejandría helena o la Margiana de los seléucidas. Alejandro, Antioco, partos, sasánidas y árabes construyeron aquí ciudades imponentes, cuya ubicación iba cambiando según lo hacía el curso de los ríos que regaban el oasis, hasta que en 1221 el hijo de Gengis Khan arrasó la más próspera, acabando con el medio millón de habitantes que en esa época tenía, dice el guía, la ciudad más extensa del planeta, la ciudad más poblada, y donde, como no, nació el zoroastrismo. 



           Poco queda visible del antiguo esplendor, pues el 75% está por excavar. Apenas un palacio en el que se habrían refugiado las mujeres ante el terror mongol, antes de arrojarse por sus muros. Y también algunos mausoleos preservados por la superstición de Gengis khan, entre ellos el del erudito sufí Yusuf Hamadany, que hizo 38 veces el viaje a La Meca, y que, según nos asegura el guía, si se dan tres veces la vuelta alrededor se cumple tu deseo. Yo estoy por asegurar que el mío se ha cumplido. El más sorprendente y bello es el del sultán de origen turco Ahmad Sanjar, un gran prisma de ladrillo, coronado por una cúpula de 18 metros, con bellas decoraciones y una claraboya en el centro por la que la amada fallecida del sultán volvía de vez en cuando a visitarlo.

No hay comentarios: