Los valles pronunciados cayendo sobre los ríos, las numerosas cascadas, el verde intenso convierten a este lugar en un hermosísimo paisaje. La imagen de las recolectoras tamiles inclinadas sobre los arbustos, cogiendo los tiernos brotes y arrojándolos sobre el saco de arpillera que sujetan en la cabeza, con sus saris de colores hindúes, lo hace aún más bonito. Mirados de cerca, son rostros avejentados, aunque curiosamente su cutis es fino y terso, sus vestidos gastados, su cuerpo descosido. Cada jornada reciben 4 o 5 euros por un saco de cinco kilos lleno de hojas, después de 8 horas de duro trabajo. Trabajar cerca de la carretera es un puesto codiciado. Se acercan sonrientes y sumisas a los turistas para que las fotografíen a cambio de unos billetes que siempre serán más que lo que les paga la empresa al final del día.
jueves, 8 de junio de 2017
8. Nuwara Eliya
Los valles pronunciados cayendo sobre los ríos, las numerosas cascadas, el verde intenso convierten a este lugar en un hermosísimo paisaje. La imagen de las recolectoras tamiles inclinadas sobre los arbustos, cogiendo los tiernos brotes y arrojándolos sobre el saco de arpillera que sujetan en la cabeza, con sus saris de colores hindúes, lo hace aún más bonito. Mirados de cerca, son rostros avejentados, aunque curiosamente su cutis es fino y terso, sus vestidos gastados, su cuerpo descosido. Cada jornada reciben 4 o 5 euros por un saco de cinco kilos lleno de hojas, después de 8 horas de duro trabajo. Trabajar cerca de la carretera es un puesto codiciado. Se acercan sonrientes y sumisas a los turistas para que las fotografíen a cambio de unos billetes que siempre serán más que lo que les paga la empresa al final del día.
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