Los
historiadores suelen buscar en el pasado indicios de los grandes
acontecimientos que sucedieron después, los hombres de fe señales de los
grandes prodigios y los filósofos protoideas en hombres solitarios que pensaban
a la contra de su época. Es más difícil, sin embargo, ver en lo que ahora mismo
sucede signos de lo que está ante nuestros ojos pero no estamos preparados para
ver, puertas a esa dimensión desconocida que llamamos cambio. Veamos.
1. “Durante la pasada Nochevieja, varias decenas de mujeres sufrieron agresiones sexuales, robos
e intimidaciones por parte de una multitud de hombres apostados en los
alrededores de la estación central de Colonia, al lado de la famosísima
catedral de la cuarta mayor ciudad de Alemania. La policía anunció el lunes que
en torno a un millar de hombres —que por su apariencia procedían “de los países
árabes o del norte de África”— se congregaron en el lugar de los hechos, que
adquirieron “una dimensión desconocida”.
2. “Los Mossos d'Esquadra localizaron este martes el cadáver de un niño de unos siete años que llevaba varias semanas muerto en un céntrico ático dúplex de Girona, en
el que vivía con su familia. Se desconocen las causas de la muerte y la fecha
exacta en que se produjo. La investigación indica que los padres del menor, de
origen norteamericano todos ellos, convivieron con el cadáver durante varias
semanas. Cuando los agentes entraron en el domicilio, el cadáver estaba en
avanzado estado de descomposición. La familia no denunció la muerte”.
3. La
realidad, que es ciega, no nos habla mediante indicios, señales o signos,
tampoco miente porque no está condicionada por ninguna moral. Está compuesta
por multitud de pensamientos, dichos y hechos, pero somos nosotros quienes
seleccionamos lo que nos conviene creer o aceptar. La realidad actúa como según
Foster Wallace debería actuar la escritura:
Foster Wallace dijo en una entrevista, mucho antes de 2008, el año en que se ahorcó: “Yo
tuve un profesor (...) que aseguraba que la tarea de la buena escritura era la
de darles calma a los perturbados y perturbar a los que están calmados”.
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