El guión es
excesivamente complejo y demasiados los temas que quiere tratar: las
dificultades de un ciego para hacerse con la realidad, la soledad de las
ciudades modernas, las relaciones de pareja, el sexo, la maternidad, sin
decantarse con claridad por ninguno de ellos lo que desconcierta al espectador.
Es una película llena de ideas, de sugerencias más bien. Los personajes son
atractivos, bien construidos, se adivina un mundo brillante y oscuro en sus
torpes movimientos por abandonar la soledad y salir al mundo. Pero son sólo
esbozos, cada uno de ellos necesitaría un desarrollo que los completase.
También la realización quiere huir de lo convencional. Hay un momento en que la
mujer ciega, Ingrid, sola en la habitación de la que no se atreve a salir, se
desnuda y se arroja a la luz de la ventana. Ella no se ve pero nosotros sí: la
cámara sale fuera y muestra el ventanal alargado, vertical, y el cuerpo de la
mujer desnudo aplastado contra el cristal. Cómo tener conciencia de sí,
identidad, si no sabemos si nos ven, si no podemos captar la mirada de los
demás sobre nuestro cuerpo. La creatividad nórdica está en ebullición, mientras
aquí abajo, en el tórrido sur, las batallitas políticas nos destrozan el tiempo
y los nervios.
sábado, 18 de julio de 2015
Blind
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