Virtuosismo y amplificación. No es que tuviera las expectativas altas, me sonaba el
nombre, la guitarra, le herencia de otros músicos muy nombrados, pero he
percibido sólo técnica, virtuosismo y amplificación. Estaba algo cansado después
de un día en el campo sobre la nieve, no lo suficiente para apreciar lo sublime
si lo hubiese habido. ¿Es necesaria la amplificación si la sala ya es un
instrumento musical que suena muy bien? Si admiten comparaciones con la música
clásica deberían tener en cuenta ese detalle de la amplificación innecesaria,
aunque entonces no sonaría igual. Amplificación, técnica y virtuosismo, una
diablura mefistofélica la digitación, la armonía, el dominio del instrumento,
de sus posibilidades, pero ¿es suficiente? Y un aroma a Paco de Lucía. Sí ha
habido algunos momentos en que la cosa parecía tomar vuelo, unos instantes de éxtasis
en la sala, cortada por las pantallas iluminadas de algunos móviles en alguna
ocasión y en otras pero ese exceso de técnica. El arte no lo produce la
perfección, sino una suma de imperfecciones con genio. Es raro que a un grupo
flamenco le falte el alma, cuando parece que es a lo que siempre están llamando,
quizá la atracción por el jazz les abisme hacia el dominio técnico en
detrimento de la tosquedad genial del verdadero flamenco.
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