Pronto se
ve que la película con ser interesante no acaba de funcionar o no da todo lo
que se podría esperar. Por qué. Por el tema, bastante trillado. Un hombre
maduro, avejentado, derrotado por las inclemencias de la vida, con la mujer con
Alzheimer avanzado en una residencia, sin trabajo y sin ingresos, con deudas y
prestamos debidos, se ve de pronto frente a unos vecinos nuevos, buena gente
como él y con parecidas y malas perspectivas ante la vida, una madre gorda y un
chiquillo que se mudan a la casa de al lado. El hombre, casi contra su voluntad
se ve implicado en el discurrir diario de esa medio familia. Ha de ocuparse
unas horas al día del muchacho, a quien le enseña los trucos que él mismo usa
para sobrevivir. Por el decorado, un barrio ajado, donde el sueño americano de
clase media desagua. Por el punto de vista, anticonvencional, palabras, gestos,
pequeños actos de rebeldía: la casa desordenada y sucia, la vestimenta astrosa,
golpes en las máquinas dispensadoras, la enseñanza de la violencia para
resolver disputas. Por los personajes fuera de norma. Una amiga del hombre, una
rusa, una mujer de la noche, a quien medio paga por darle unos ratos de
placer, con un hijo en camino y que espera a que alguien le haga compañía; un
cura católico obsesionado con los santos, que anima a sus alumnos a que busquen
en la calle a los santos del barrio; chicos pandilleros, camareros, vecinos, todos
con aire de pelea en la cara, pero en el fondo muy buena gente.
En fin,
¿cuántas veces hemos visto en el cine ese decorado, esos personajes, ese
desarrollo? La peli no es innovadora, busca la complicidad del espectador
siempre dispuesto a la sonrisa y un poco de llanto, sin preocuparse de que a la
vuelta de la esquina la olvide rápidamente. ¿Hay algo que la salve? Sí, los
tres actores principales: Bill Murray, que recuerda sus mejores papeles, como el
de Flores rotas, también recuerda al Jack Nicholson cascarrabias haciendo
de viejo o jubilado; Melissa McCarthy, como madre blanda en quien se puede
depositar la compasión y la extraordinaria Naomi Watts, irreconocible en su
papel de rusa dama de la noche. En fin, es una película y los mismos personajes
vistos en la realidad nos resultarían indigestos, cruzaríamos a la otra acera,
pero los grandes actores son aquellos que nos mueven a la comisión y a la empatía.
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1, ¿Cómo se ha de hacer una necrológica? Salvador Sostres la clava con Joan Barril.
2. Por qué El País escribe tanto de Podemos, aunque sea en contra -que más da- y tan poco -nada- de Albert Rivera y su grupo?
3. Bibliotecas que arden (El nombre de la rosa; Auto de fe) y escritores que perecen.
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1, ¿Cómo se ha de hacer una necrológica? Salvador Sostres la clava con Joan Barril.
2. Por qué El País escribe tanto de Podemos, aunque sea en contra -que más da- y tan poco -nada- de Albert Rivera y su grupo?
3. Bibliotecas que arden (El nombre de la rosa; Auto de fe) y escritores que perecen.
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