lunes, 24 de marzo de 2014

Les salauds, de Claire Denis


            Les salauds, la peli de Claire Denis, se queda a mitad de todo. Su voluntad es construir un trhiller pero no acaba de formatearlo correctamente, probablemente por las debilidades del guión que apunta en muchas direcciones: complejidades psicológicas, el morbo de relaciones familiares extrañas, comportamientos mafiosos relacionado con sexo, dinero y poder, sed de venganza cuyo planteamiento no aparece con claridad, un héroe o antihéroe irreductible y solitario y un montón de personajes pululando alrededor. Pero no se decide por ninguna de ellas, todo está apuntado, sin desarrollar, sin una trama definida, sin personajes acabados, sin tema. Cifra la búsqueda de un estilo en una atmósfera sombría, nocturna, de pisos sin amueblar, calles poco iluminadas, vídeos casuales, elipsis, fragmentación, eso sí, con la música sugerente y silenciosa de Tindersticks rellenando huecos. 

             Es evidente que la directora tiene en mente el clásico film noir francés: Carné, Clouzot, Duvivier, Melville, especialmente este último. Quiere volver a aquel estilo elíptico, sintético, de pocas palabras y pocos gestos, a aquellas pelis cortantes y secas como una bala. Esas instrucciones parecen tener los actores, Vincent Lindon sobre todos. A ello responde el guión. Pero aquel tiempo pasó y éste necesita otro lenguaje, más descriptivo, más realista. Les salauds (Los canallas) desconcierta de principio a fin, es difícil saber de qué va la peli, qué pretende la directora, que la acaba abruptamente, sin explicaciones, con la sorpresa como único objetivo.

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